Alto costo de los insumos, devaluación de la moneda y elevadas tarifas de los aranceles han golpeado a las empresas agrupadas en la Cámara Venezolana de la Industria del Vestido, pues de 400 empresas que existían de manera formal en el 2010, hoy sólo registran 25.
Por María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA
La información fue suministrada por Roberto Rimeris, presidente de la Cámara Venezolana de la Industria del Vestido, quien detalló que algunas empresas han cerrado y otras se han ido al mercado informal, como una estrategia para mantenerse en pie, pues así no cancelan altos costos de aranceles y servicios públicos, cuyas tarifas este año los golpeó de manera significativa.
Rimeris detalla que todas las fábricas del vestido, que incluye ropa de niños, damas y caballeros están acorraladas en materia de producción. Al menos 375 han tenido que cerrar sus puertas y migrar a otras áreas para poder mantenerse. “Es una destrucción masiva”, dijo Roberto Rimeris, quien lamentó la crisis que vive el sector, sobre todo a la hora de comprar los insumos.
Rimeris agregó que las que están activas sólo están produciendo entre un 20 y 30% de su capacidad instalada, tomando en cuenta que el esquema 7+7 golpeó a todos los sectores productivos del país, adicional a los aranceles, que incluso es más costoso que cancelarlos en Canadá u otro país, por esa razón muchos deciden abandonar el sector. “Por eso, es que fabricar en Venezuela es caro”.
Agregó que las 25 empresas que están activas actualmente, están ubicadas entre Caracas y Maracaibo, cuando hace unos años estaban distribuidas en toda Venezuela como, por ejemplo, en regiones fronterizas como San Cristóbal, o en regiones del centro como Maracay, Valencia y Guarenas, pero hoy en día han desaparecido del sector formal.
Rimeris atribuye que hoy sale más barato para los empresarios importar la mercancía que hacerla en Venezuela, tomando en cuenta que en su mayoría no deben pagar impuestos, entre esas también están incluidas las que se han retirado del sector formal.
En cuanto a la producción del vestido en otros países, también continúan en buen ritmo a pesar de la pandemia porque no han tenido un esquema 7+7, mientras que se ha manejado de una mejor manera en comparación con Venezuela, además que no cuentan con inflación como la que hay en el país.
El presidente de la Cámara Venezolana de la Industria del Vestido explicó que hay una gran oferta de productos importados que la gente prefiere comprar, por lo que el fabricante de vestido nacional debe ser creativo para que las personas puedan escoger lo que se está haciendo en el país y puedan surgir nuevamente, a pesar de las limitaciones y altos costos a los que se enfrentan.
En un recorrido realizado por LA PRENSA por varias tiendas del centro de Barquisimeto, se evidenció que la ropa importada es la que mayormente se ofrece en los locales. Las etiquetas dicen Made in China, Indonesia y otros países, en algunas tiendas se pueden encontrar ofertas. Lo mismo sucede en los centros comerciales de la ciudad donde se puede conseguir ropa importada, pero a un precio elevado, tomando en cuenta que los vendedores agregan que la ropa es original.
En cuanto a la ropa hecha en Venezuela, se puede conseguir en el centro en los comerciantes informales o buhoneros, quienes ofrecen la mercancía a un precio accesible y en promociones, a pesar que no es la misma calidad, pero que es atractiva para quienes no tienen cómo comprar un pantalón traído desde el extranjero.