Un nuevo programa del gobierno del presidente Joe Biden que dará permisos humanitarios a 24.000 venezolanos no eliminó la posibilidad a los ciudadanos del país suramericano de pedir asilo en Estados Unidos, explicaron abogados de inmigración y expertos en normas migratorias.
Sin embargo, la medida complicará que los migrantes puedan solicitar asilo a menos que ya estén dentro de EEUU. Si los migrantes venezolanos llegan a un punto de control migratorio en la frontera, podrían ser expulsados bajo el Título 42, una medida de control de salud por el COVID-19. Si intentan evadir los puntos de control migratorio y son interceptados, también estarán sujetos a deportación bajo esa regla, indicaron los expertos consultados.
El Departamento de Seguridad Nacional de EEUU (DHS, por sus siglas en inglés) anunció la semana pasada un programa que permitirá el ingreso y permanencia legal por dos años en EEUU bajo parole a venezolanos que cuenten con un patrocinador. La administración Biden busca así frenar la llegada en cifras récord de inmigrantes a la frontera sur.
El anuncio oficial incluyó una advertencia del secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas: “aquellos que intenten cruzar la frontera sur de los Estados Unidos ilegalmente serán retornados a México y serán inelegibles para este proceso”.
El nuevo programa permitirá “un aumento de las deportaciones de aquellos que continúan migrando irregularmente y carecen de una solicitud de asilo válida u otra base legal para permanecer” en EEUU, dice el documento sobre su implementación, publicado el martes en el Registro Federal.
Con la medida “Estados Unidos no cerró el asilo” a los venezolanos, afirma Gunther Sanabria, abogado experto en asuntos migratorios. Un venezolano que llegue a los puntos de migración de EEUU y exprese “miedo creíble” de volver a su país, “todavía puede” solicitar asilo, aseguró el abogado.
El gobierno de EEUU permite que personas de diferentes nacionalidades lleguen hasta el territorio en busca de asilo, demostrando “miedo real” de permanecer en sus países de origen. El asilo aplica solo si la persona está presente en EEUU.
Sanabria dijo que los migrantes que sean interceptados fuera de los puntos de entrada son los que estarán sujetos a la deportación. “Si está cruzando la frontera por el desierto, sin identificarse, sin entregarse a un puerto de entrada, esa es la persona a la cual se refieren que puede ser deportada inmediatamente, pero eso ya lo tenemos, esa es la ley actual”, señaló.
Pero con la medida, los venezolanos serían regresados a México bajo el Título 42, una medida para evitar la propagación de COVID-19 que establece la expulsión de todas las personas que crucen ilegalmente a territorio estadounidense.
Wilfredo Allen, abogado de inmigración radicado en Miami, dijo que bajo el Título 42, cualquier persona que se presente a la frontera sur sería regresada a México, aún si su intención era solicitar asilo.
“La gran mayoría de las personas que han ido a la frontera están perdidas ahora”, dijo.
El programa de parole a los venezolanos podría suponer un “problema mayor”, pues ahora “miles de venezolanos van a entrar sin reportarse y tratar de pedir asilo en otros lugares de Estados Unidos”, señaló Allen.
En los últimos meses, las autoridades de inmigración de EEUU han otorgado parole o una forma conocida como I-220A —una orden de liberación bajo reconocimiento— a migrantes detenidos después que se entregaban a la patrulla fronteriza tras cruzar ilegalmente a territorio estadounidense. Algunos migrantes eran devueltos a México bajo el Título 42, entre ellos los mexicanos, hondureños, salvadoreños y guatemaltecos, porque México había accedido a recibirlos de vuelta. Otros podían quedarse y tramitar sus casos de asilo, entre ellos los venezolanos. Con la nueva medida, esto ha cambiado, dijo Damaris Rangel, abogada experta en derecho migratorio y defensora de derechos humanos.
Los venezolanos que hayan cruzado fronteras de manera ilegal hasta México van a ser “excluidos de pedir asilo, sin la posibilidad de obtener una liberación bajo reconocimiento, luego de ser detenidos por patrullas fronterizas, que se concede a otros migrantes que demuestren ante los oficiales un caso válido para solicitar asilo”, dijo la abogada, quien tildó la práctica como “discriminatoria”.
Samuel Vilchez, director en Florida de la Coalición Americana de Inmigración Empresarial, que promueven políticas de inmigración en EEUU, dijo que la nueva medida supone un reto para quienes lleguen a la frontera a pedir asilo, pues se enfrentan a la posibilidad de ser expulsados sin haberse presentado ante un juez de migración.
Una llegada ilegal a EEUU es la que se hace en cualquier otro punto de la frontera que no sea un puerto de entrada, especificó Vilchez.
Según el Consejo de Inmigración Estadounidense, una organización con sede en Washington DC que aboga por los inmigrantes, “a las personas sujetas al Título 42 no se les da la oportunidad de impugnar su expulsión alegando que se enfrentarían a persecución en el país al que serán expulsados”, excepto en casos extraordinarios, a discreción de los oficiales de CBP.
CBP no respondió a una solicitud de comentario de la Voz de América.
El Servicio de Inmigración y Ciudadanía de Estados Unidos (USCIS, por su siglas en inglés) refirió las preguntas al documento de la normativa y aseguró que “habrá más información disponible en los próximos días”.
El Departamento de Estado de EEUU respondió a una solicitud de comentario: “Lo remitimos al DHS si tiene preguntas sobre el procesamiento en la frontera sur de EEUU”.
El DHS no respondió a solicitudes de comentario de la Voz de América.
El documento en el Registro Federal dice que los venezolanos que reciban el permiso humanitario podrán buscar “ayuda humanitaria u otros beneficios de inmigración para los que puedan ser elegibles” de EEUU.
A quienes no se les conceda asilo u otro beneficio migratorio durante los dos años del permiso humanitario “deberán salir de Estados Unidos al vencimiento de su período autorizado (…) o se les colocará en proceso de deportación”.
La abogada Rangel dijo que “el flujo migratorio está tan desproporcionado a las capacidades de los Estados que está colapsando los países de acogida, de tránsito, pero no son coherentes en una política global, porque si fueran coherentes, enfrentarían la causa, eso mismo que dio razón tanto al TPS [estatus de protección temporal] como al permiso humanitario” para los venezolanos.
El embajador de Estados Unidos para Venezuela, James Story, dijo el sábado desde Necoclí, Colombia, que “la frontera está cerrada” y convidó a los venezolanos a no viajar por la selva del Darién para intentar ingresar de forma ilegal a EEUU.
La Organización Internacional para las Migraciones, adscrita a las Naciones Unidas, reportó la semana pasada que desde el anuncio de la medida, cientos de venezolanos han sido retornados desde Estados Unidos hacia cinco localidades de la frontera sur con México: Tijuana, Nogales, Ciudad Juárez, Piedras Negras y Matamoros.
Tres agencias de las Naciones Unidas expresaron el viernes pasado su preocupación por “las continuas restricciones de acceso al asilo” en la frontera entre México y EEUU por causa del Título 42.
La Organización Internacional para las Migraciones, la agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) dijeron sentirse “alentadas por el lanzamiento de una nueva vía segura y regular” para entrar a EEUU, en referencia al programa de parole para los venezolanos, pero que “estas iniciativas no pueden menoscabar el derecho humano fundamental a solicitar asilo”.
El acceso a un “territorio seguro” para solicitar asilo es “una piedra angular” de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y del derecho internacional de los refugiados, dijeron en un comunicado.
El Departamento de Seguridad Nacional de EEUU anunció que el proceso de inscripciones para los venezolanos solicitar el permiso humanitario comenzó este martes, y se realizará en línea a través de este enlace.