El nuevo informe sobre actividades terroristas internacionales de la diplomacia estadounidense destaca el grave peligro que el chavismo supone para todo el continente americano y más allá por haber creado «un entorno permisivo para los grupos terroristas, incluidos los disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN), y simpatizantes de Hizbolá».
DAVID ALANDETE // ABC
Desde los años 80, por ley, el Departamento de Estado publica una relación de las principales amenazas terroristas, detalladas por países, para consideración del Capitolio y el Ejecutivo. Aparte de las amenazas de corte yihadista, el nuevo informe, que analiza los patrones terroristas de 2020, destaca el papel desestabilizador del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, tanto fuera como dentro del país.
Este es el primer informe de la Administración de Joe Biden.
En este documento se afirma que «el régimen ilegítimo de Maduro permite y tolera el uso de su territorio por parte de organizaciones terroristas. Gran parte de Venezuela no está gobernada, esta infragobernada o está mal gobernada». Añade que «en ocasiones, el régimen ha acogido abiertamente la presencia terrorista en su territorio».
El informe destaca que en 2020, el presidente interino Juan Guaidó y la opositora Asamblea Nacional condenaron la complicidad del régimen con el ELN y los disidentes de las FARC. En noviembre, la Asamblea Nacional aprobó una resolución que declaraba a la Fuerza de Acción Especial, montada por el régimen como una organización terrorista por sus ejecuciones extrajudiciales dentro de Venezuela.
Venezuela corre el riesgo, dice este informe, de convertirse en un «estado fallido», debido al enfrentamiento entre esas facciones terroristas. «Dada la creciente escasez de recursos, hubo una mayor confrontación entre el ELN, los disidentes de las FARC y las fuerzas gubernamentales controladas por el régimen», asegura el informe.
También afirma EE.UU. que el «régimen ilegítimo de Maduro», que controla el poder judicial, emplea falsas acusaciones de terrorismo para «reprimir la disidencia y oprimir a la oposición política y la sociedad civil». En 2020, por ejemplo, el tío de Guaidó y varios comisionados del Gobierno interino y diputados de la Asamblea Nacional alineados con la oposición fueron acusados de terrorismo, sin pruebas. En junio, el régimen inició acciones legales para declarar al partido político Voluntad Popular, uno de los principales de la oposición, «organización terrorista», sin pruebas.
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