Seguiremos siendo parte de un movimiento que se extiende con fuerza y que entiende que es el momento en que debemos unirnos y organizarnos, para hacernos dueños de nuestro futuro
Durante el recorrido que hicimos en el barrio Nuevo Horizonte constatamos que no existe infraestructura vial para sus vecinos, lo que agrava mucho más las condiciones de vida de las familias de esta comunidad; Daniel nos habló, en La Vega, de su esfuerzo como vendedor de helados, un oficio al que se dedica para apoyar a sus padres y que comparte con sus responsabilidades como estudiante de 4to año de bachillerato; en Carapita hablamos con una familia decepcionada de la “peleadera” de la oposición; en el Barrio 70, en El Valle, pudimos constatar cómo el miedo a la violencia sigue presente en una comunidad que aspira al cambio para vivir en paz.
Esta ha sido parte de la experiencia que hemos vivido durante nuestros recorridos por Caracas, una ciudad abandonada por las autoridades en medio de una de las mayores crisis de nuestro país en su historia. No somos ajenos a la calle. El contacto directo con la gente es una constante en nuestra vida. Nuestra pasión ha sido el trabajo social, un esfuerzo que ha alentado la organización popular y el apoyo a los nuevos liderazgos que surgen en los sectores populares.
Conocemos muy bien las aspiraciones de un verdadero poder popular que se organiza, de abajo hacia arriba, inspirado en los valores de la solidaridad, el emprendimiento y la democracia.
En Loma Grande y Brisas de Propatria, en la parroquia Sucre, compartimos con las madres del sector la preocupación por mejorar la educación de niños y adolescentes; en La Vega, una comunidad a la que estamos vinculados de un modo muy especial, por ser el lugar donde comenzamos hace unos años este camino por el cambio, pudimos ver cómo los jóvenes se forman en oficios y hacen frente a la dificultades con la voluntad propia de una generación que decidió no rendirse.
La idea que más se repite durante estos recorridos es la necesidad del cambio. Un cambio, nos dicen todas las personas con las que hablamos, que va más allá de la sustitución de las autoridades en el poder; uno que se da con una mayor participación de las comunidades para la construcción de un Estado nuevo. Un poder popular organizado que se hace dueño de su futuro cuando trabaja en la solución de sus problemas cotidianos. Esta es la aspiración que encontramos en la calle.
En San José, en pleno centro de Caracas, conversamos con los comerciantes del sector, un gremio que lucha, como muchos venezolanos, por sacar adelante a su familia en medio de un clima poco propicio para la inversión y teniendo que lidiar con el abuso de las autoridades. A la señora Yelitza la conocimos en la avenida Fuerzas Armadas e inmediatamente se sumó a nuestra iniciativa de buscar el cambio que todos queremos para nuestra ciudad.
Todos los días cosechamos historias como estas, otra evidencia de que la gente se está organizado mucho más allá del reclamo por servicios públicos. Hay un esfuerzo en las comunidades en buscar alternativas para solucionar sus problemas. Una iniciativa donde la participación es espontánea, al entender que, mientras más luchan por la mejora de las condiciones de vida, se hacen dueños de su entorno y de su destino.
Seguiremos en nuestro trabajo social en las comunidades. Estaremos junto con nuestros líderes brindando todo el apoyo que necesitan los caraqueños que sueñan con un cambio real para su ciudad. Seguiremos siendo parte de un movimiento que se extiende con fuerza y que entiende que es el momento en que debemos unirnos y organizarnos, para hacernos dueños de nuestro futuro.
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Fundador de Alimenta la Solidaridad y Caracas Mi Convive
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