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La situación de los hospitales públicos en Venezuela es crítica. La falta de personal, insumos y medicamentos dificulta la atención a los pacientes, especialmente a los niños con enfermedades crónicas. En este contexto, las madres y abuelas de estos niños juegan un papel fundamental, realizando una labor prácticamente invisible, pero indispensable para que sus hijos puedan recibir el tratamiento que necesitan.
Uno de los principales sacrificios que hacen estas mujeres es el de su propia salud. Muchas de ellas pasan días y semanas durmiendo en el piso de los hospitales, para estar cerca de sus hijos y atenderlos en todo momento. Además, deben lidiar con la angustia de ver a sus hijos enfermos y con la incertidumbre del futuro.
En ocasiones, estas mujeres también tienen que dejar de comer para poder comprar los medicamentos y otros insumos que sus hijos necesitan. Esto puede tener graves consecuencias para su propia salud, pero ellas lo hacen sin dudarlo, porque lo consideran un deber para con sus hijos.
Con información de VOA