El año 2023 comenzó con grandes movilizaciones de educadores reclamando condiciones para vivir y trabajar con dignidad. Protestas inundaron las calles para exigir que la profesión docente sea mejor recompensada. Manifestaciones que marcaron las fechas en las que se debían retomar las clases pero también en los días previos al 15 de enero, Día del Maestro.
La fecha no es baladí. Conmemora la creación de la Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria en los tiempos de Juan Vicente Gómez, para defender los derechos laborales de los maestros y mejorar la educación en el país. Ese espíritu sigue impulsando a quienes hoy alzan la voz por cuestiones incluso más básicas: tener para comer y para movilizarse hasta las aulas.
Se celebra por tanto una profesión que cada vez menos personas quieren ejercer en Venezuela.
En 2022, Cecodap reportó que 66% de los centros educativos públicos y 34% de los privados tienen déficit de maestros. La Federación Venezolana de Maestros ha dicho que entre el 40 y 50 por ciento de los docentes ha abandonado la profesión
Y cómo no, si la profesión docente está tan maltratada: sueldos de hambre, sobrecarga de horarios, desprecio oficial, acusaciones de sabotaje y hasta intentos de secuestro para evitar que se asista a protestas, aunado a la poca capacidad de transportarse a las aulas y la precaria infraestructura.
La casa de estudios por escelencia para formar educadores es la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL). Su rector, Raúl López Sayago, explica a TalCual que desde 2016 se ha venido notando una «disminución preocupante» de la matrícula de inscritos en las carreras docentes, «que llegó a alcanzar el 40%».
«Después de tener más de 100.000 estudiantes de pregrado, sin tomar en consideración a nuestros estudiantes de postgrado, pasamos a tener alrededor de 65.000 estudiantes. En tiempos pasados, el maestro y el profesor universitariotenía un sueldo aceptable, no era el mejor del mundo, pero les permitía cubrir sus necesidades básicas, tener bienes y servicios, tener actividades recreativas, y tenía seguridad social. El Instituto de Previsión funcionaba perfectamente. Conjugar seguridad social con sueldo da un escenario propicio para la labor del educador. Eso se acabó».
El rector de la UPEL afirma que «nosotros somos los docentes peor pagados del mundo». Recuerda cuando comenzó su propia carrera alrededor de 1979 y el salario era unos 1.150 dólares al cambio.
«Ahora, bueno. Decir lo que gana un profesor es para llorar. Eso lo que demuestra es que no hay interés del Estado por la educación del país. El conocimiento es el mayor recurso en estos tiempos que tiene cualquier sociedad, no el petróleo, no el oro, no cualquier otro recurso natural no renovable. Y el conocimiento se logra es a través de la educación, y la educación la hacen los docentes. En sociedades avanzadas los mejores pagados son los educadores».