ONG Kapé Kapé
En lo que va de año no ha habido actualización de las cifras de malaria en Amazonas. A pesar del reporte que hicieran a principios de 2024 algunas ONG y medios nacionales, las autoridades sanitarias regionales no han hecho anuncios sobre el número de casos registrados, aunque si han dado a conocer las acciones de abordaje que realizan en algunas zonas del estado.
Joskany La Rosa, Autoridad Única de Salud del estado Amazonas, no negó la existencia de casos, sin embargo, no aportó datos de cifras o algún deceso relacionado con la enfermedad.
La autoridad sanitaria de la región recalcó que equipos multidisciplinarios han estado en la zona de Parima B a finales de 2023 y a principios de 2024 y que están preparando un nuevo abordaje de la zona.
El gobernador Miguel Rodríguez también se ha referido al tema en su cuenta de Facebook, asegurando que el Estado venezolano está atendiendo a las comunidades indígenas y que se han entregado tratamientos antimaláricos.
El mandatario amazonense agregó que “se atendieron a 12.081 indígenas yanomamis en el último trimestre, proporcionándoles atención médica integral y cuidados necesarios para su bienestar en comunidades remotas de difícil acceso”.
La falta de cifras oficiales y boletines epidemiológicos dificulta conocer la situación real por el difícil acceso a la zona, lo cual obstaculiza la verificación de la información.
Otras fuentes, como el capitán yanomami Eliseo Silva, han reportado brotes de malaria en el alto Orinoco en los últimos meses.
Una fuente consultada por Kapé Kapé, señaló que es muy difícil ir a la zona, pues el acceso es exclusivamente vía área hasta La Esmeralda, y desde allí es necesario abordar aviones livianos o en helicópteros para poder llegar hasta Parima B y otras comunidades en las que existen pistas de aterrizaje hechas por los propios indígenas.
Sigue relatando la fuente que a otras comunidades se llega desde La Esmeralda o Parima B vía fluvial, tras varios días de navegación pasando raudales y cascadas y caminando largas distancias.
En algunas comunidades yanomami del alto Orinoco existen microscopistas, enfermeros y médicos en ambulatorios, así como ACYAPS, (Agente Comunitario Yanomami de Asistencia Primaria de Salud) formados en el plan de salud yanomami.
La situación en la zona se complica por la presencia de garimpeiros (mineros ilegales) en territorio yanomami, quienes no solo ocasionan daños ambientales, sino que también ponen en riesgo la salud de la población indígena al traer consigo enfermedades como la malaria.
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