Yanara Vivas SNTP 6961
La fachada lateral de la Basílica Menor Catedral de la Inmaculada Concepción de Mérida, se observa cada vez más deteriorada, siendo necesario realizar un llamando la atención a quienes vigilan el cuidado de la obras arquitectónicas de la ciudad a prestar atención antes de que sea demasiado tarde.
El lateral, que otrora fuese conocida como el Paseo de los Obispos, y donde está ubicada la entrada a la oficina Parroquial de Sagrario, hoy convertido en un boulevard de vendedores informales, ha perdido el encanto y su elegancia, sin que, al parecer, a quienes corresponde el mantenimiento del casco histórico, se ocupen del cuidado necesario a los Monumentos Históricos Nacionales, en medio de una crisis económica que atraviesa el país, siendo la arquitectura y el arte seriamente afectados.
La Basílica Menor Catedral de la Inmaculada Concepción, es uno de los íconos históricos, culturales, religiosos y turísticos más importantes de la ciudad de Mérida, dada su importancia como sede de la Arquidiócesis mas importante del país después de Caracas, asi como por la gran cantidad de símbolos católicos, obras de arte que alberga e importancia arquitectónica para la región, cuyo origen se remonta a 1803, reconstruida luego del terremoto de 28 de abril de 1894, que destruyó gran parte de la entidad.
En 1945 el arquitecto Manuel Mujica Millán, se encargó de la construcción de la nueva Catedral, siendo inaugurada en 1958, en la celebración de los 400 años de la ciudad, aun sin estar culminada la obra. Elevada a Basílica Menor por el Papa Juan Pablo II en el año 1991, guarda bajo su Altar Mayor los restos de San Clemente Mártir, donados por el Papa Pío VI al segundo Obispo de Mérida, Monseñor Cándido Terrijos en 1794.
Las pinturas que adornan la Catedral de Mérida, son del artista ucraniano Iván Belsky, los dibujos por Mario Pietroniro y Mario Gandini. La escultura de la Virgen de la Manzana fue tallada en piedra en el sur de Alemania en el siglo XIV. También posee obras del reconocido escultor español Manuel de la Fuente quien realizó los escudos de los diferentes prelados merideños, detalles en la sillería del coro, los apóstoles del púlpito y los ángeles que coronan a la Virgen María, así como la extraordinaria escultura El Cristo de las multitudes.
La joya arquitectónica, desde 1911, alberga la sede del Palacio Arzobispal, el Museo Arquidiocesano de Mérida con innumerables piezas que forman parte del legado de la historia eclesiástica y cultural merideña.