La justicia alemana anunció el miércoles el arresto de un ciudadano británico, que trabaja en la embajada del Reino Unido en Berlín, por ser sospechoso de espiar para Rusia.
Las autoridades sospechan que el individuo, de 57 años y presentado como David S., habría “transmitido a un representante de los servicios de inteligencia rusos”, en al menos una ocasión, un documento “que obtuvo en el marco de sus funciones en la embajada”, indicó la fiscalía federal encargada de casos de espionaje.
“A cambio, recibió una suma de dinero en metálico de un monto no determinado”, precisó.
La institución señaló que la detención, que se llevó a cabo en Potsdam (al suroeste de Berlín), se produjo en colaboración con las autoridades británicas.
El británico es un trabajador local empleado por la embajada de su país, en un puesto que no fue precisado.
“Es fuertemente sospechoso, como mucho desde noviembre de 2020, de haber” actuado en provecho de los servicios de inteligencia rusos, según la fiscalía, que afirmó que “su apartamento y su lugar de trabajo fueron allanados”.
El caso se añade a la serie de asuntos en los que las autoridades británicas o alemanas acusan a Rusia y a sus servicios de inteligencia.
“El espionaje por parte de un servicio de inteligencia de un socio cercano” de Alemania dentro de la OTAN, y “en territorio alemán […] es algo inaceptable”, indicó un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Las relaciones entre el Reino Unido y Moscú atraviesan su peor momento en mucho tiempo, sobre todo desde que el exagente doble Serguéi Skripal fuera envenenado con Novichok -una sustancia neurotóxica desarrollada con fines militares en la época soviética- en la ciudad de Salisbury (Inglaterra) en 2018.
El Kremlin siempre ha negado cualquier implicación, pero el caso desencadenó una ola de expulsiones cruzadas de diplomáticos entre Londres y sus aliados y Moscú, de un alcance sin precedentes desde el fin de la Guerra Fría.
Antes de ello, Alexander Litvinenko, exiliado en el Reino Unido y opositor al Kremlin, falleció en noviembre de 2006 a raíz de un envenenamiento con polonio-210, una sustancia radioactiva extremadamente tóxica. Cuando estaba ya agonizando, acusó al presidente ruso, Vladimir Putin, de estar detrás de la intoxicación.
En Alemania, son varios los casos de espionaje imputados al Kremlin.
A finales de junio, la justicia alemana anuncio el arresto de un científico ruso empleado en una universidad y sospechoso de espiar a cuenta de Moscú.
Además, Berlín también ha acusado varias veces a Moscú de ciberespionaje.
Pero el asunto que más ha tensado las relaciones entre ambos países fue el intento de asesinato del opositor ruso Alexéi Navalny el pasado agosto, del que los occidentales acusaron a Moscú.
Navalny fue trasladado, en coma, hasta un hospital berlinés Los médicos alemanes le diagnosticaron un envenenamiento con una sustancia parecida al Novichok.
AFP