Esta joven aragüeña tomó la batuta de su vida desde temprana edad, desarrolló un talento increíble que la hizo brillar y una pasión que no da tregua. Expresó el deseo innegable de enseñar a las nuevas generaciones y dejó claro a La Patilla que está más que lista para apostar por nuevos triunfos.
Urielis Arroyo es nativa de la ciudad de La Victoria, estado Aragua. Su carrera musical inició desde que apenas era una niña y su papá tuvo mucho que ver, pues era salsero y con su talento la involucró poco a poco con la flauta.
“Yo quería tocar guitarra eléctrica y el mismo día que fui a inscribirme no había audiciones. Ese mismo día había audiciones para la orquesta sinfónica. Y le dije a mi mamá: ‘Ay no, no quiero tocar allí, yo quiero tocar la guitarra eléctrica’. Ella me dijo: Bueno, pero toca la flauta, ya tocas flauta (ya yo tocaba flauta dulce), y dije: ‘Bueno, sí, es como lo mismo’”, contó.
Transcurrió el tiempo y a medida que afianzaba sus conocimientos, descubrió que no era lo mismo como pensaba. A partir de esa preparación inicial, tan solo demoró un año para cruzarse con su gran pasión: La dirección orquestal. “No me cansaré de esa decisión que tomé”, aseguró.
La joven entusiasta confesó que ya suma 12 años en El Sistema y aún recuerda cómo inició su sueño. “Supe que quería hacer eso, cuando vi dirigir a mi maestro, Alfredo Ascanio, que es el actual director del Núcleo La Victoria. Alfredo ya me daba clases y le dije: ‘Alfredo, quiero dirigir’. Él me respondió: ‘Para todo hay tiempo, tranquila. Y yo: ‘Pero yo quiero dirigir ya, o sea, yo quiero hacer todo rápido’”.
Después de cuatro meses, Arroyo logró dirigir el Himno Nacional en su primer concierto con la Orquesta Sinfónica Infantil de La Victoria. “El 1 de febrero, me acuerdo. Y desde allí comenzó todo. Luego, por supuesto, viendo a Gustavo Dudamel. Siempre ha sido mi ídolo y modelo a seguir”, afirmó.
La música es el arte de los sonidos que, a través de la armonía y el ritmo, es capaz de transmitir emociones y sentimientos. Y la joven venezolana lo sabe bien, pues con su dedicación se ha vuelto una figura prometedora.
Urielis es apasionada por la música desde temprana edad, y a partir de entonces ha trabajado incansablemente para perfeccionar su técnica y sensibilidad musical. Su arduo trabajo ha sido reconocido en varios certámenes internacionales, incluyendo el Concurso Internacional de Música Vivaldi, donde obtuvo el primer lugar en la categoría de dirección de orquesta.
Para la aragüeña, el mayor reto de cualquier artista es interpretar una obra de manera que “sienta” la música y la haga suya. “El punto más alto que tú puedes llegar es percibir la obra e interpretarla de una manera que ni tú mismo puedes creértelo”, explicó.
En cuanto a sus premios, Arroyo habla de su sorpresa al enterarse de que había ganado el Concurso Internacional de Música Vivaldi, su primer concurso en línea. “Fue algo increíble”, recordó. “Era el primer concurso al que me presentaba en línea y no vamos a quitarle prestigio, porque como te dije, creo que es incluso un poco más difícil, porque tú en presencial siempre eliges un máximo de 10 o de 20 personas para ir a competir al país. Tú ves esencialmente a lo que te estás enfrentando, pero virtualmente no sabes nada, no sabes que enfrentas y que te están evaluando”.
Arroyo reconoció que los concursos en línea son cada vez más populares y que hay muchos premios en todo el mundo para los músicos clásicos. “Reino Unido es bastante amplio en este caso, con los concursos. Igual en este que se llama Vivaldi Competition, hay otros. Hay premios mundiales de música clásica, hay premios de Bach, muchas cosas que interpretan”.
A pesar de sus logros, Arroyo sigue siendo humilde y agradecida por las oportunidades que ha tenido como directora. “Se está viendo ahora el fruto de cada semillita que he ido plantando desde ese primer día que me puse a dirigir en el ensayo de la orquesta. Y de verdad es algo impresionante cuando tú realmente ves frutos de todo tu esfuerzo”, dijo.
Diez días después le llegó una notificación al correo con otra inesperada sorpresa. “Decía que me metiera a la página de Beethoven International Music Competition y allí obtuve el segundo lugar de la categoría Dirección Orquestal Profesional”, relató con emoción.
La venezolana ha encontrado en la Sala Simón Bolívar del Centro de Acción Social por la Música en Caracas el lugar perfecto para grabar sus postulaciones. Aunque, conseguir un espacio en esta magnífica sala es todo un desafío, ya que suele ser muy demandada para conciertos de todos los núcleos del país. Arroyo lo sabe y ha logrado superar las dificultades gracias a su determinación.
“Realmente sí es un proceso, pero el que no cuenta o el que está muy lejos de llegar a la sala Simón Bolívar puede hacerlo con un teléfono”, mencionó, quien además destacó la importancia de tener un buen equipo audiovisual y mantener actualizado el inglés para poder compartir sus videos en su canal de YouTube. “Siempre tratando de hacer todo lo que puedas para ir sumando”, agregó.
A pesar de los obstáculos, Arroyo ha demostrado su talento y su habilidad como directora de orquesta en sus videos. “Es bastante difícil, porque el tiempo tiene que ser súper explícito”.
Urielis expresó que en El Sistema ha estado rodeada de niños prodigios, directoras jóvenes, incluso más que ella, y numerosos directores a los que admira. En este escenario personajes tan talentosos, han roto paradigmas por varias razones muy poderosas. “La clave siempre será la disciplina y la constancia que tengas, sobre todo el amor por lo que estás haciendo. Esa siempre va a ser la clave, primero del éxito y segundo de lograr en ti, de tachar esa meta que tienes en la lista”.
Arroyo no solo es una destacada directora de orquesta, también es licenciada en psicología y manifestó que precisamente, esta preparación la ha ayudado a manejar la presión y ansiedad. “Soy una mujer bastante relajada, pero muy enfatizada en lo que quiero, por supuesto. Cuando estoy encima de un podio, primero me concentro en la obra que voy a hacer para que pase toda la película en mi cabeza antes de comenzar”.
Sin embargo, la criolla de 24 años reveló que siempre lleva consigo un amuleto. Se trata de un collar tricolor con un dije de violín que identifica a las orquestas venezolanas. “Siempre lo toco, lo tengo allí. Tengo dos: uno del récord Guinness y el primero que tuve me lo regaló mi maestro Gregory Carreño, que a su vez ya se lo había regalado el maestro José Antonio Abreu. Y bueno, él me lo regaló, entonces es bastante preciado para mí”.
“Antes de los conciertos, me aferro a él y pido que se me aclare toda la mente, que pueda dar muy bien las entradas, especialmente cuando estoy grabando, que tengo mucha presión y pienso: ‘Si bajo la mano ellos no me van a aceptar, si subo al no sé qué y si bajo, y si hago una entrada mal’. Entonces, me ayuda muchísimo a relajarme. Y así comienzo, trato de estar bastante tranquila porque eres lo que transmites a la orquesta y no hay nada como una orquesta relajada y en buena posición para tocar lo que tú quieres”, agregó.
Urielis, quien ganó mayor prestigio al ser una de los ocho directores que lograron la hazaña de un récord Guinness para Venezuela con la orquesta más grande del mundo, también ha recorrido varios países demostrando su talento. El año pasado, logró viajar a Italia para participar en una competencia donde recibieron cerca de 700 solicitudes, y a pesar de que avanzó algunas rondas no pudo ganar, pero se quedó con la gratificante experiencia de haber compartido con maestros increíbles y directores de distintas nacionalidades. “Aprendí muchísimo, de verdad que verlos dirigir a cada uno fue espectacular”.
No obstante, diversos factores obstaculizaron su posibilidad de trasladarse a Hungría a principios del 2023. “Quedé en un concurso en Budapest, pero no pude viajar por unas cosas que se me presentaron. Llegará el momento”, aseveró.
Urielis Arroyo celebra sus triunfos con orgullo, pero se mantiene firme y enfocada. Afina cada detalle en su trayectoria como directora de orquestas sin perder la sinfonía de sus sueños. Más dispuesta que nunca sigue al frente con su batuta, pues aprender y enseñar es su próxima misión.
“Sigo apostando a los concursos y a las academias, a los conservatorios que pueda audicionar, pero sobre todo sigo apostando al hecho de seguir aprendiendo para poder seguir enseñando, así como nos instruyó el maestro José Antonio Abreu, de enseñar lo que aprendiste. Y yo quiero ceder un poquito de lo que sé a todos esos niños de El Sistema de lo que aprendí fuera del país. Así que, voy a conocer cada rinconcito del mundo, cada rinconcito de Venezuela, para plantarles todos esos conocimientos. Así que esa será mi meta en 2023”, concluyó.