Respirar es difícil, es una sensación entre ahogo y mareo. El olor a gasolina es fuerte, el ruido del motor lastima los tímpanos y el choque de la embarcación contra las olas hace que el viaje, así sea por media hora, sea desesperante. A eso se suma la temperatura (unos 38 grados centígrados, lo que hace que los cuerpos suden y transpiren más) y la incomodidad porque en el espacio, de no más de dos metros, hay cinco personas.
Por: El Tiempo
Esa es una de las situaciones a las que se exponen las personas, por lo general hombres, que se le miden a transportar toneladas de cocaína en embarcaciones artesanales que las redes al servicio de los narcotraficantes terminan convirtiendo en semisumergibles y sumergibles.
Un equipo de periodistas de EL TIEMPO estuvo en el interior de un semisumergible, incautado por la Armada Nacional hace un mes cuando los narcos, aprovechando la marea alta, pretendían sacarlo de los esteros en el sector norte de Tumaco (Nariño) para ponerlo rumbo a Centroamérica a través del océano Pacífico.
En su interior las unidades de la Fuerza de Tarea Contra el Narcotráfico No. 72, Poseidón, encontraron 90 costales, con paquetes rectangulares los cuales fueron sometidos a la prueba de identificación preliminar homologada (PIPH) que arrojó positivo para cocaína para un total de 1.872 kilos.
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