El 2022 inició y con él lo que parece ser un tercer año de pandemia, en parte, gracias a la aparición de ómicron. Una variante que ha demostrado ser más transmisible, especialmente, porque ha acumulado un número muy alto de mutaciones y una combinación de éstas no vista hasta ahora.
Por: El Tiempo
En países de Europa ya se están tomando nuevas medidas, pues la nueva variante ha ocasionado el repunte de contagios. Algunos se atreven a afirmar que el virus seguirá circulando, pues el coronavirus no se ‘acabará’ sino que se transformará.
¿Qué se espera de la evolución de esta variante? ¿Se comporta el SARS-CoV-2 como otros coronavirus? ¿Se va a convertir la pandemia en endemia? Aquí le respondemos.
Identificada primero como B.1.1.529, esta variante presenta una amalgama de más de 30 mutaciones en la proteína de la espícula, la que el virus utiliza para entrar en la célula humana y el blanco común, con diferentes tecnologías, de las vacunas actuales, que a día de hoy no poseen los cambios presentes en ómicron y otras variantes.
Si bien algunas de las mutaciones de ómicron ya se habían observado en beta o alfa, es la primera vez que la comunidad científica las ve juntas. Desde finales de noviembre de 2021 fue declarada como preocupante.
¿Por qué es más contagiosa?
Es más contagiosa, más que la delta, que ya superó a los otros linajes, pero es complicado establecer cuánto más y aún prematuro para explicar por qué, admite Salvador Iborra Martín, experto en inmunología e infecciones de la Universidad Complutense de Madrid, a ‘EFE’.
Y es que las poblaciones a comparar no son las mismas; ahora, por ejemplo, el porcentaje de personas que ha pasado la infección es mayor que hace unos meses, también el número de vacunados, por lo que el comportamiento del virus y de la sociedad no es el mismo (hay más relajamiento). No obstante, hay estudios preliminares -no sometidos a la revisión de otros investigadores y por tanto no publicados en revistas científicas- que avanzan en este conocimiento; parece que la forma en la que se multiplica el coronavirus es ahora un poco distinta.
Científicos de la Universidad de Hong Kong concluyeron en experimentos ‘in vitro’ que la variante prefiere para multiplicarse las células de los bronquios en lugar de las de los pulmones. Es en los primeros donde se multiplicaría unas 70 veces más rápido que delta y que el SARS-CoV-2 original, acumulándose así más cantidad de virus transmisible en menor tiempo.
En los pulmones, sin embargo, se replicaría con menos eficacia -unas 10 veces menos- que el coronavirus de Wuhan, lo que sugiere menor gravedad de la covid-19.
Investigadores japoneses también realizaron un estudio en este sentido, asimismo preliminar y esta vez en hámsteres; constataron que ómicron es menos patogénica porque favorece una menor fusión entre células infectadas. Una de las formas en las que el virus se transmite es ayudando a las células infectadas a contactar con sus vecinas y parece que ómicron esto no lo sabe hacer tan bien.
Analizaron también la propagación de ómicron y otras variantes: la primera es entre 3,05 y 5,57 veces más transmisible que delta (según los datos de Sudáfrica o Reino Unido, respectivamente).
¿La pandemia se transformaría en endemia?
Dentro de su proceso biológico, los virus siempre mutan y se replican. Aunque en ese sistema de copia hay mecanismos de corrección, estos a veces fallan provocando una acumulación de errores o mutaciones que pueden desembocar en una nueva variante.
Los virus aprovechan estos errores para boicotear al sistema inmunitario y volverse más infecciosos, pero no necesariamente para incrementar su patogenicidad.
“Ómicron podría ir en esta línea: un virus que está mejor adaptado para transmitirse pero no tanto para causar patología”, indica el científico español mencionado anteriormente. Pero aún es pronto para certificarlo, también para decir que se convertirá en un virus estacional y la pandemia en endemia, con la presencia de un número de casos más o menos estables en una época fija del año.
“Los datos parecen indicar que la transmisión de ómicron está bajando en Sudáfrica, donde empezó a monitorizarse”, señala Iborra, quien agrega que posiblemente detrás de esta variante venga otra.
Una evolución posible es que se convierta en un virus de por vida, pero aún es prematuro para saberlo y también para mencionar que es el principio del fin del SARS-CoV-2.
Frente al tema, la revista ‘Nature’ encuestó a 100 científicos inmunólogos, quienes en su mayoría, aseguraron que el coronavirus podría volverse endémico, es decir, que seguirá circulando en el mundo con algunos picos temporales, como ocurre con la malaria, la influenza y el dengue.
“Erradicar este virus del mundo ahora mismo es muy parecido a tratar de planificar la construcción de un camino escalonado hacia la Luna. No es realista”, afirmó Michael Osterholm, epidemiólogo de la Universidad de Minnesota en EE. UU.
Por su parte, Christopher Dye, epidemiólogo de la Universidad de Oxford, Reino Unido, explicó que el virus no se erradicaría por completo, pues circularía en unas regiones del mundo más que en otras. “Supongo que el covid se eliminará de algunos países, pero con un riesgo continuo (y tal vez estacional) de reintroducción en lugares donde la cobertura de vacunas y las medidas de salud pública no han sido lo suficientemente buena”.
De allí la importancia de la vacunación masiva y las dosis de refuerzo, pues las mutaciones que ha ido acumulando el coronavirus han facilitado por un lado la infección y por otro que evada la actividad de los anticuerpos neutralizantes generados por el contagio o por las vacunas.
Diversos estudios, tanto preliminares como -algunos- publicados en la reconocida revista ya mencionada, apuntan en esta dirección: los anticuerpos monoclonales y las vacunas (Pfizer/BioNTech, Moderna, Johnson & Johnson o AstraZeneca) son menos eficientes contra ómicron y una tercera dosis podría mejorar la neutralización de la variante.
Cabe recordar que, pese a la aparición de ómicron, los científicos concuerdan en la efectividad de las vacunas para evitar la enfermedad grave. Pero, por supuesto, no hay que dejar de tener presentes las medidas de bioseguridad, pues lo cierto es que el comportamiento del SARS-CoV-2, desde su aparición, ha sido difícil de predecir.
“Es probable que el virus se vuelva endémico, pero el patrón que tomará es difícil de predecir”, ratifica Angela Rasmussen, viróloga de la Universidad de Georgetown, en EE. UU.