Dos abogados constitucionalistas dialogaron con la VOA sobre el caso de Lyle y Erik Menéndez, los hermanos condenados de por vida por matar a sus padres en 1989. Ambos podrían quedar en libertad si avanza la petición para reabrir el caso.
Cuando fueron sentenciados Lyle y Erik Menéndez, los hermanos encarcelados de por vida por matar a sus padres hace más de tres décadas, el abogado constitucionalista Ángel Leal estaba recién graduado y había ingresado a la facultad de leyes en Florida. «¡Cómo no recordarlo!», exclama.
El también abogado constitucionalista Rafael Peñalver recuerda que el juicio fue televisado. «Estaba en las noticias (…) cada vez los reportes eran más horribles», recuerda.
Han transcurrido más de 35 años desde que los hermanos Menéndez entraron a su casa mientras los padres dormían sentados en un sofá y vaciaron las armas de alto calibre sobre sus cuerpos.
Ambos fueron sentenciados en 1996 a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Durante el proceso judicial admitieron que dispararon fatalmente a su padre, el ejecutivo del entretenimiento José Menéndez, y a su madre, Kitty Menéndez, y argumentaron entonces que tenían miedo a que sus parientes estuvieran a punto de matarlos para evitar que la gente descubriera que el padre había abusado sexualmente de Erik durante años.
Lyle entonces tenía 21 años, y Erik Menéndez había cumplido 18 años.
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