El Banco Central de Venezuela ha «quemado» 105 millones de dólares en lo que va del mes de noviembre, al sumar 55 millones adicionales esta semana a su política de intervención cambiaria para impedir que los precios del dólar suban de manera desproporcionada en los últimos dos meses del año.
Por bancaynegocios.com
De acuerdo con un reporte de Aristimuño Herrera & Asociados, el instituto emisor está preparado para incrementar las intervenciones en las mesas cambiarias en cuanto sea necesario para enfrentar las presiones alcistas que se pueden registrar en el tipo de cambio, como producto de un posible incremento de la inflación por aumento del consumo en ciertos estratos de la población.
La firma prevé que un promedio probable de intervención cambiaria se podría ubicar en 150 millones de dólares en noviembre y diciembre y muestra dudas sobre si este monto se mantendría en los meses subsiguientes, por la presión que ejerce sobre el nivel de reservas y, además, se podría evaluar la conveniencia de dejar que el precio del dólar se acelere de manera controlada para no golpear tanto a la producción nacional.
La firma consultora, en un reciente análisis publicado en su Informe Privado, establece que el crecimiento de la liquidez monetaria, en un período analizado de 8 semanas, promedia 14 millones de dólares, mientras el BCV está inyectado una media semanal de entre 40 y 50 millones de dólares al mercado de divisas, de manera que el ente emisor más que duplica la oferta en función de una demanda potencial razonable.
A juicio de Aristimuño Herrera & Asociados, el BCV tiene capacidad para mantener esta política en un plazo razonable, debido al incremento de ingresos en divisas que se espera por mayores exportaciones petroleras y la salida de otros rubros; sin embargo, la intervención cambiaria no es una política adecuada porque, al final, termina golpeando a las ventas en el exterior y no conjura el riesgo inflacionario de manera sostenida.
La consultora señala en su análisis que «uno de los principales problemas o desequilibrios que está generando está situación de estabilidad cambiaria es que el tipo de cambio de paridad, según nuestros cálculos, ya se encuentra en 9,1 bolívares por unidad; es decir, la pérdida de poder de compra del dólar contra diciembre de 2020 ya es del -57% en términos reales«.
En una economía altamente dolarizada, donde más de 55 % de los depósitos bancarios se contabiliza en moneda extranjera, estimular una grave pérdida de poder de compra de la divisa no es buen negocio, porque impacta la capacidad de consumo y, además, no garantiza el fortalecimiento del bolívar, cuya credibilidad sigue en niveles históricamente bajos y quién sabe si recuperables.
Además, esta apreciación inducida del tipo de cambio «está causando es que la presión en los gastos en las empresas tenga una continuidad por efecto inflación, mientras los ingresos no necesariamente se están ajustando a dicha velocidad, ya que las distorsiones de precios relativos están haciendo mucho más caros los productos en Venezuela en comparación al precio del mismo producto en sus socios comerciales», destaca Aristimuño Herrera & Asociados.