La Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) denuncia y rechaza la injusta, arbitraria e infame decisión que se ha tomado contra Rodney Álvarez, trabajador de Ferrominera del Orinoco, al ser sentenciado a 15 años de prisión. El Tribunal 12 de Juicio del Área Metropolitana se convirtió finalmente en el agente ejecutor de una sentencia que desconoce totalmente los hechos reales ocurridos ese 9 de junio de 2011 en una asamblea de trabajadores de dicha empresa que buscaba escoger sus representantes para discutir una nueva contratación colectiva.
Son exactamente diez años en los cuales se han cometido los peores agravios contra Rodney Álvarez, sufriendo incluso atentados contra su vida en los centros donde ha sido recluido. Toda esta tramoya y que jurídica lo que pretende es ocultar prácticas ya cotidianas del sindicalismo oficialista dirigido por Wills Rangel, como es el uso de “colectivos” paramilitares para amedrentar y someter a la fuerza las justas protestas de los trabajadores.
Pero en el caso de Rodney es mucho más grave, pues todos los testigos presenciales señalan a Héctor Maicán, pistolero del PSUV y amigo del exgobernador Rangel Gómez, como el presunto autor de los disparos que segaron la vida de Renny Rojas e hirieron a Luis Quilarque. Maicán fue inmediatamente detenido por la GN y acusado por la fiscalía de “asesinato por motivos fútiles”, aunque a los pocos días fue liberado y comenzó a construirse el expediente amañado contra Rodney, como una retaliación contra el movimiento obrero de Ferrominera que, luego de estar apoyando “el proceso”, se deslindó de esa estafa obrerista para defender a cabalidad los intereses de los trabajadores, con el dirigente sindical Rubén González a la cabeza, quien también debió pagar con varios años de cárcel tamaña osadía y aún se encuentra en régimen de presentación.
El sistema judicial venezolano muestra una vez más su verdadera cara, mejor dicho, su desfachatez: un instrumento servil y parcializado para defender las tropelías de un régimen cada vez más señalado como violador de los derechos humanos, y en particular de los derechos laborales. En los recientes informes tanto de la Comisión de Encuesta de la OIT como de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, se señalan esas arbitrariedades y violaciones y se exige la pronta liberación del compañero Rodney Álvarez. Y con su cara bien lavada el gobernante Nicolás Maduro tiene las ínfulas de convocar a un diálogo… ¡Vaya descaro y desvergüenza!
Frente a esta nueva agresión contra los trabajadores, en la persona del compañero Rodney Álvarez, todo el movimiento sindical debe unirse para rechazar tamaña felonía. Debemos exigir su inmediata liber-tad y el cese de las persecuciones contra la dirigencia sindical y contra los trabajadores que hacen valer en nuestra tierra los derechos y reivindicaciones que tanto esfuerzo ha costado a generaciones de luchadores sociales y defensores de una verdadera democracia. Nuestra lucha debe estar apegada a la defensa de una nación que pugna por romper las cadenas de la tiranía que constantemente violenta no solo los derechos civiles y políticos —al punto que pone en duda la existencia de Venezuela como república soberana e independiente—, sino también los derechos sociales y económicos de un pueblo que sobrevive en los más infames niveles de desatención y de pérdida de las mínimas condiciones de una supervivencia digna y humana.
Q’ Pasa en Venezuela