El Consejo Supremo Electoral, afín a la dictadura de Daniel Ortega, ordenó a los partidos políticos evitar eventos presenciales bajo el argumento de la pandemia de coronavirus.
Por infobae.com
El Consejo Supremo Electoral (CSE) de Nicaragua anunció este lunes la prohibición de eventos presenciales masivos en la campaña electoral, que se desarrollará del 25 de septiembre y al 3 de noviembre próximo, debido a la pandemia de coronavirus.
El CSE, afín al régimen sandinsita, ordenó a los siete partidos y alianzas en contienda “evitar eventos presenciales masivos” a la hora de intentar conquistar votos de cara a las elecciones generales del 7 de noviembre, en las que el dictador Daniel Ortega busca una nueva reelección.
El tribunal electoral resaltó que únicamente darán permiso a “convocatorias de no más de 200 personas” hasta por una hora y media, siempre que cumplan con las medidas que evitan el contagio de la covid-19, incluyendo señalización sanitaria.
La autoridad electoral recomendó a los partidos dar prioridad a “los mecanismos de difusión virtuales, para dar a conocer de una manera segura su plan de Gobierno”.
El organismo rector también prohibió “realizar caravanas en autobuses, motos, carros, coches, ni en ningún otro medio de transporte”. “Esta medida será de cumplimiento estricto para garantizar la salud y la tranquilidad de las familias nicaragüenses”, indicaron las autoridades electorales.
El CSE recomendó, además, que las personas de los grupos de riesgo, sospechosos o confirmados con coronavirus, embarazadas, niños y adolescentes, se abstengan de asistir a las actividades presenciales.
Los partidos y alianzas que participan en la carrera electoral son el Frente Sandinista de Liberación Nacional, Partido Liberal Constitucionalista, Alianza Liberal Nicaragüense, Alianza por la República, Partido Liberal Independiente, Camino Cristiano Nicaragüense, así como el partido indígena Yatama (Hijos de la madre tierra, en lengua miskita). Este último con presencia únicamente en la región Caribe.
Estas son las primeras restricciones de su tipo establecidas en Nicaragua para enfrentar el coronavirus, que según los datos oficiales ha mostrado un repunte en las últimas semanas.
El Ministerio de Salud ha informado que Nicaragua acumula 12.828 contagios y 202 muertes por la covid-19 desde marzo de 2020, con 675 casos nuevos confirmados entre los días 8 y 14 pasados, la cifra más alta desde que se detectó el virus en el país en el lapso de siete días, conforme las cifras difundidas por el régimen de Ortega.
Las mismas contrastan con las de la red de médicos del Observatorio Ciudadano Covid-19, que reporta 4.809 fallecimientos por neumonía y otros síntomas relacionados con el nuevo coronavirus, así como 26.252 casos sospechosos de contagio, datos que no son reconocidos por las autoridades.
En este contexto, la Articulación de Movimientos Sociales (AMS), que aglutina a más de 60 organizaciones civiles en Nicaragua, llamó el martes pasado a un “paro electoral” para el próximo 7 de noviembre.
“Sabemos, la comunidad internacional también lo ha expresado, que no existen garantías para que la gente pueda manifestarse de manera libre ese día, no hay partidos políticos por los que se pueda apostar ni propuesta electoral. Frente a este panorama, movilizarse a las juntas receptoras de votos es hacerle juego a la dictadura, por eso llamamos a un paro electoral”, dijo a la agencia EFE la integrante de la AMS, Julia Díaz.
El llamado es “a no salir, quedarse en sus casas, es una forma de resistencia cívica y pacífica, para que ellos (el Gobierno de Ortega) no tengan cómo demostrar que hay confianza, porque lo que tenemos no son elecciones, sino una farsa”, afirmó.
Según Díaz, Ortega necesita que los votantes acudan “en masa” a las urnas para validar una reelección que, según la AMS, tiene “garantizada” a través del Consejo Supremo Electoral (CSE), de mayoría sandinista, y de la Ley Electoral, que en unas recientes reformas estableció restricciones para candidaturas a cargos de elección popular.
“El régimen necesita mostrar filas de personas votando, no importa por quién, porque ellos van a contar los votos, van a manejar las actas electorales y a presentar los resultados, por lo tanto, no hay ninguna posibilidad de cambiar lo que ya está decidido”, explicó.