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La justicia brasileña condenó este viernes a penas de prisión de entre 18 y 22 años a los cuatro acusados por el incendio de una discoteca en el sur del país, casi nueve años después del suceso que dejó 242 fallecidos.
Se trata de dos empresarios y dos miembros de la banda musical que tocaba cuando se desencadenó el incendio de la discoteca Kiss, en el estado de Rio Grande do Sul, por un artefacto de pirotecnia el 27 de enero de 2013.
En el décimo día del histórico proceso desarrollado en Porto Alegre, capital de ese estado, fueron juzgados por homicidio simple por las 242 muertes, en su mayoría de jóvenes, y tentativa de homicidio de otras 636 personas.
“La culpabilidad de los acusados es alta, incluso con dolo eventual”, dijo el juez Orlando Faccini Neto, al frente del proceso.
Pese a que pidió prisión inmediata, los condenados quedaron en libertad provisional luego de que la defensa de uno de ellos interpuso un habeas corpus.
Ante sobrevivientes y familiares, el magistrado leyó la sentencia para cerrar un juicio con largas jornadas cargadas de dramatismo y emoción. Junto a un jurado de siete miembros, escuchó los testimonios de 14 sobrevivientes, 19 testigos y de los cuatro acusados.
Las distintas voces rememoraron el incendio desatado la madrugada del 27 de enero de 2013, durante una fiesta en el local ubicado en la ciudad de Santa María, y las circunstancias que lo convirtieron en una trampa mortal para un millar de asistentes.
Distintos testigos destacaron la ausencia de extintores de fuego que funcionaran, el bloqueo de las salidas y el revestimiento del techo con un material altamente inflamable que al quemarse despidió una nube tóxica que causó la mayoría de muertes por asfixia.
Elissandro Callegaro Spohr (38 años), socio y considerado responsable por las decisiones en Kiss, recibió el peor castigo entre los acusados, de 22 años y seis meses.
El también socio Mauro Londero Hoffmann (56), único de los cuatro que no estaba en el local la noche del incendio, fue condenado a 19 años y 6 meses.
En tanto, Luciano Bonilha Leão (44), asistente de la banda que compró y encendió el artefacto pirotécnico, y el vocalista Marcelo de Jesus dos Santos (41), quien lo elevó hacia el techo y dio origen al incendio, fueron condenados a 18 años.
Tras la tragedia, los acusados pasaron algunos meses en prisión preventiva, pero fueron liberados.
En la acusación, la fiscalía sostuvo que los responsables actuaron con “dolo eventual”, es decir, asumieron el riesgo de un resultado, aun sin intención de provocarlo. Eso elevó las condenas, como esperaban familiares y sobrevivientes.
– Lágrimas y dolor –
Desde que inició el 1° de diciembre el esperado juicio, transmitido en vivo, se sucedieron relatos conmovedores.
“La última vez que corrí fue para salvarme de la muerte”, narró la sobreviviente Kelen Giovana Leite Ferreira, mostrando la prótesis que usa tras sufrir la amputación de parte de su pierna derecha.
Devalni Rosso exhibió al jurado su espalda y sus brazos cubiertos de cicatrices producto del fuego, que quemó 50% de su cuerpo.
Kátia Giane Pacheco Siqueira, exempleada de Kiss, declaró que la política del lugar era “cuanto más gente dentro, mejor”. La capacidad del local estaba sobrepasada la noche de la tragedia.
Uno de los acusados, Bonilha Leão, se descompensó al llegar al tribunal el primer día del juicio y gritó entre llantos: “No soy un asesino”. Al declarar, dijo tener la conciencia “tranquila”, y pidió: “Si es para quitar el dolor a los padres, condénenme, estoy listo”.
Familiares y sobrevivientes, la mayoría residentes de Santa María, a unos 300 kilómetros de Porto Alegre, acompañaron el proceso en la sala y afuera del tribunal, cuyas rejas cubrieron con imágenes de los jóvenes muertos y carteles pidiendo justicia y no repetición.
AFP