La falta de investigación hace que las enfermedades menos comunes sean consideradas ‘raras’. En muchas ocasiones, estas personas están condenadas a vivir constantemente con un mal para el que ni existe ni se busca un remedio efectivo. Así lo reseñó 20Minutos.
Este es el caso de Andrés, un niño de siete años que tiene a su propio ángel de la guarda: Rodrigo. El pequeño, de solo cuatro años, recorre las calles de Madrid disfrazado de elfo en busca de compradores de caramelos. El dinero recaudado con la venta de los dulces es, nada más y nada menos, que para costear la terapia que su amigo necesita recibir.
El padre de Rodrigo, Fermín, explicó que todo lo recaudado por el pequeño lo ingresan, automáticamente, en la cuenta de la asociación Ayudemos a Andrés. Fermín dijo que su hijo es “un fan de los elfos” y nosotros empezamos a buscar una forma de ayudar a nuestro amigo para visibilizar la enfermedad mitocondrial neurodegenerativa que padece Andrés.
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