Personas asisten a una marcha convocada por distintas organizaciones sociales en las inmediaciones de plaza Baquedano, rebautizada popularmente como plaza de la Dignidad, previo a la inauguración de la Convención Constitucional, hoy en Santiago (Chile). Cientos de personas se congregaron este domingo en Chile, en diversos puntos de la capital, en la antesala de la ceremonia que inaugurará el proceso de redacción de una nueva Constitución que sustituirá a la actual, redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). EFE/Esteban Garay
Cientos de personas se congregaron este domingo en Chile, en diversos puntos de la capital, en la antesala de la ceremonia que inaugurará el proceso de redacción de una nueva Constitución que sustituirá a la actual, redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
En un ambiente festivo y convocadas por diferentes colectivos, representantes de sectores profesionales, indígenas, estudiantes y personalidades políticas se reunieron para reivindicar que se incluyan sus demandas en el proceso constitucional y para acompañar a los 155 constituyentes que tomarán posesión este domingo.
Sin incidentes, aunque desafiando las restricciones impuestas por la covid-19, que tienen en cuarentena a toda la capital los fines de semana, tuvo lugar una caminata desde la plaza Italia, el epicentro de las protestas sociales en Santiago, hasta la sede del antiguo Congreso, donde se reunirá la constituyente.
La más multitudinaria fue la convocatoria de la Lista del Pueblo, un pacto de independientes de izquierda que irrumpió con fuerza en las elecciones constituyentes y que entonó la canción protesta “El derecho de vivir en paz” para homenajear a las víctimas de la crisis social que comenzó en 2019, que dejó una treintena de muertos y miles de heridos en Chile.
Los manifestantes son alcanzados por un cañón de agua durante una manifestación mientras los miembros de la asamblea constitucional celebran la primera sesión para redactar una nueva constitución, en Santiago, Chile, el 4 de julio de 2021. REUTERS / Pablo Sanhueza
“No quería perderme un momento histórico como este para Chile. Por primera vez en 200 años el pueblo podrá decir lo que quiere. Esto es una esperanza”, afirmó a Efe Silvia Fernández, una mujer de 67 años que acudió a la marcha.
La cita de este domingo dará por inaugurada la redacción de la nueva Constitución y será la primera reunión oficial de los 155 miembros de la convención, el primer órgano constituyente paritario del mundo, conformado por 48 ciudadanos independientes -la fuerza mayoritaria- y 17 representantes de pueblos originarios.
“Esta es una maravillosa oportunidad para el país. Nosotros la redactaremos, pero quien aprobará la nueva Constitución será la ciudadanía”, indicó el abogado Agustín Squella, uno de los constituyentes independientes.
CEREMONIAS INDÍGENAS
También dejaron su huella en la antesala de la instalación de la convención diferentes grupos representantes de etnias indígenas que llevaron a cabo, temprano en la madrugada, ceremonias para acompañar y celebrar el proceso.
Un manifestante sostiene un objeto durante una manifestación mientras los miembros de la asamblea constitucional celebran la primera sesión para redactar una nueva constitución, en Santiago, Chile, el 4 de julio de 2021. REUTERS / Pablo Sanhueza
Miembros del pueblo mapuche, la etnia más numerosa, realizaron un recorrido desde el céntrico cerro Huelén, los dos constituyentes del pueblo quechua encabezaron un ritual en una céntrica plaza de Santiago y representantes del pueblo aymara se reunieron en el exterior del Palacio Pereira, otra de las sedes de la convención.
Esta será la primera vez en la historia de Chile en que los indígenas son incluidos en la redacción de la Constitución. Ninguna de las tres que ha tenido el país desde su independencia (1833, 1925 y 1980) reconocen la existencia de los pueblos originarios, pese a que representan al 12,8 % de la población nacional.
El proceso constituyente nació en Chile como un acuerdo entre los partidos políticos para tratar de amainar una masiva ola de protestas que estalló en octubre de 2019, la mayor crisis social en más de tres décadas de democracia, que se interpretó como un reclamo por un modelo socioeconómico más justo.
Desde este domingo, en el que se elegirá al presidente de la convención, los constituyentes tendrán hasta un año para redactar el nuevo texto, que deberá refrendarse con otro plebiscito en 2022.
EFE