Las costas oceánicas uruguayas son escenario por estos días del avistamiento de la ballena franca, una visita que cada año moviliza la presencia de turistas en los departamentos de Maldonado y Rocha, en el sureste del país.
«Es un producto turístico que viene de menos a más. Las ballenas han elegido la costa rochense para pasar un tiempo», dijo a Xinhua el director de Turismo de la intendencia de Rocha, Federico Zerbino.
Este lunes se inauguró un mirador en la playa El Cabito, en el balneario rochense La Paloma (unos 224 kilómetros al este de Montevideo), en el lanzamiento de la Temporada de Avistamiento de Ballenas 2022 con la presencia del presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou.
Lacalle Pou destacó la noción de los rochenses sobre el «cuidado de la naturaleza» y el «desarrollo sostenible», y aseguró que las próximas generaciones serán «más conscientes con el cuidado de ambientes y ecosistemas». El mandatario es considerado un vecino de La Paloma, porque allí tiene una vivienda de descanso y en sus playas suele practicar surf, uno de sus pasatiempos favoritos. Las ballenas francas arriban a las costas uruguayas del océano Atlántico entre julio y octubre, en busca de aguas tranquilas para reproducirse, amamantar y cuidar a sus crías.
La ruta de este cetáceo incluye la Antártida, Puerto Madryn (Argentina), para terminar en la costa de la ciudad brasileña de Florianópolis. De acuerdo con la normativa vigente, las aguas territoriales son santuario de ballenas y delfines y está prohibido perturbar a los cetáceos en las áreas de desplazamiento, descanso y reproducción.
«Hoy tenemos mucha mayor tecnología para el avistaje y para tomar fotografías, con drones y trípodes en la costa. La gente ha aprovechado eso para tener mejores imágenes del pasaje de las ballenas», comentó Zerbino. Para potenciar el turismo de avistamiento, Rocha precisa más inversión.
«Nos falta una empresa que pueda generar embarques turísticos en busca de avistaje y darle un escalón más al avistaje de cetáceos, que no sea solamente de costa», evaluó Zerbino. Además de las ballenas, existen varias especies marinas para observar en la costa rochense, caracterizada por mantener casi inalterada la naturaleza, resaltó el funcionario. Añadió que el turista «cautivo» de Rocha aprovecha cuando la ballena aparece en la costa para que «esa venida sea cada vez más frecuente».
El avistamiento de cetáceos contribuye a diversificar la oferta y extender el movimiento turístico en la costa uruguaya, limitado mayormente al verano austral de diciembre a marzo.
El ministro de Turismo, Tabaré Viera, destacó por su parte, durante la inauguración del mirador, la necesidad de «tomar conciencia sobre la biodiversidad y conservación de los mares». «Las ballenas son una riqueza natural» y también «un recurso turístico», consideró.
Previo a la pandemia, en 2019, Uruguay captó 3,2 millones de visitantes extranjeros y el turismo contribuyó en unos ocho puntos porcentuales al producto interno bruto (PIB).