Venezuela está en el top 20 de los países con más cirujanos plásticos del mundo, según estimaciones de la encuesta del 2021 de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética.
Venezuela tiene fama de ser un país que fabrica reinas de belleza con ayuda del quirófano, además de tener una cultura muy arraigada hacia la cirugía plástica entre las mujeres que buscan alcanzar el patrón de la Miss.
Y se ubica, con 700 cirujanos plásticos, en el puesto 17 en el top 30 de los países con más cirujanos plásticos del mundo, según estimaciones de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (Isaps, por sus siglas en inglés).
El estudio coloca a Estados Unidos, Brasil y Japón como los países que realizan la mayor cantidad de procedimientos estéticos en todo el mundo. Les siguen los países asiáticos, con China en tercer lugar, Japón en cuarto y Corea del Sur en quinto. Venezuela no aparece.
Consultado por la VOA, Isaps dijo: “No tenemos suficientes datos para incluir a Venezuela en el informe. Por lo tanto, tampoco podemos ubicar a Venezuela en el ranking de países ni saber si hay muchos pacientes que viajan a Venezuela para sus procedimientos”.
Antes de la pandemia, los 700 cirujanos plásticos de Venezuela practicaban unas 10 operaciones al mes, unas 84.000 intervenciones al año durante la última década, según informó la Sociedad Venezolana de Cirugía Plástica (SVCP) en 2018 a medios.
Mariel Medina, de 33 años, tiene puesta una faja y un sostén postoperatorio. Se recupera de una cirugía estética que pudo pagar en “cómodas cuotas” y que le practicaron hace un mes en una clínica privada de Venezuela.
“De contado es difícil (pagar). Aunque tengas una cantidad de dinero, soltar una cantidad de plata así pues (…) es bastante difícil”, dice Medina a la Voz de América en un consultorio médico en Maracay, al norte del país.
Las facilidades de pago en Venezuela son limitadas. No hay préstamos bancarios y los créditos en las tarjetas son casi nulos. Las grandes transacciones normalmente se hacen de contado.
Pero Medina pudo ir pagado por cuotas de acuerdo a su disponibilidad. Primero “300 dólares”… luego “200, 400, 500”, y así por siete meses hasta completar los 3.200 dólares que le costó la abdominoplastia, un procedimiento para retirar piel y grasa del abdomen, y un retoque mamario que aprovechó para completar el procedimiento deseado.
Ya se había sometido antes a otras dos operaciones estéticas. La primera en 2010 y la segunda en 2017, ambas, en aquellos años, las pudo pagar de contado.
“Claro, Venezuela era otra”, sigue Medina, que es comerciante y madre de dos, uno de 16 y otro de 7 años.
“No es vanidad, es sentirte bien contigo mismo. Si tú te sientes bien contigo, tú estás bien con todo”, responde segura y feliz con los resultados.
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