La coordinadora académica del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (CEPyG-UCAB), Yakeling Benarroche, sostiene que las preferencias todavía se inclinan hacia la educación en línea, una modalidad que llegó para quedarse, y aunque debe superar algunas limitaciones importantes, las personas se acostumbraron a sus bondades.
“He estado realizando una encuesta, a propósito de los programas de capacitación que ofertamos actualmente en el CEPyG-UCAB, sobre las clases presenciales o en línea, y el 80% se inclina hacia esta última opción. Las personas se habituaron a recibir clases desde la comodidad de su casa, en horarios flexibles, y al ahorro significativo que suponen los traslados, bien sea en carro particular o transporte público. A ello le agregamos el temor al contagio de covid-19”.
Para Benarroche el principal obstáculo que afronta la modalidad de educación en línea está en los problemas propios de la conectividad y los servicios públicos en general. “Normalmente la experiencia que nosotros tenemos y que se refleja en cada uno de los espacios donde estamos dictando clases es que se ´fue la luz´, ´se fue el internet´, ´hay bajones´. Eso también afecta la calidad de la educación en línea, pero no necesariamente le quita la preferencia de la gente”.
La profesora también se refiere entre los temas que hay que atender, al compromiso y la responsabilidad por parte de los estudiantes, por un lado, y por el otro, a la adecuación de los docentes, que pasa por la búsqueda de estrategias actualizadas y cónsonas con la educación en línea y no con la educación presencial.
Otros inconvenientes
Benarroche asegura que efectivamente hay un progresivo retorno a los espacios físicos a nivel académico, pero no cree que en el último trimestre del año ese retorno se dé en su totalidad, por múltiples razones: “la principal es que el 70% de la población no está vacunada”.
Otro aspecto a tomar en cuenta-continúa- es el estado de las escuelas y liceos públicos, abandonados desde hace un año y medio, y sin ningún tipo de inversión para recuperar esos espacios. Agrega Benarroche que esa situación se extiende a las universidades: Universidad de Oriente, Simón Bolívar, Universidad Central de Venezuela. “Este tiempo de abandono ha significado un deterioro en las instalaciones educativas y si a eso le sumamos el vandalismo, el panorama es mucho más crítico”.
Proyección a corto plazo
Benarroche asegura que el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB continuará, durante el último trimestre de este año, con sus programas de formación en línea, cuya modalidad contempla clases en directo, síncronas y con interacción docente-estudiante.
“Considero que para el próximo año podremos migrar a una modalidad mixta, en la que combinemos la existencia de plataformas digitales educativas con clases presenciales. Todo va a depender de la aceptación de la gente. Lastimosamente la pandemia propició el desapego hacia el aula: la interacción y discusión en persona.
En referencia a la oferta académica del CEPyG-UCAB, Benarroche indica que constantemente revisan el staff de profesores y actualizan la matriz curricular de sus programas. En este sentido, detalla que se encuentran abiertas las inscripciones para el Diplomado en Análisis Político (cuarta edición), Diplomado de Gerencia Corporativa de Asuntos Públicos (segunda edición) y Diplomado en Relaciones Internacionales, Diplomacia y Protocolo (tercera edición).
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