La sagrada imagen de la Divina Pastora está en su trono procesional. Con la Solemne Bajada celebrada este 5 de enero, en la víspera de la Solemnidad de la Epifanía del Señor, se dio inicio a la novena de preparación para su Visita 165 a Barquisimeto el próximo 14 de enero.
María, signo de reencuentro, el lema de la Festividad Litúrgica este año, se hizo vivencia durante la Eucaristía a puertas abiertas en el Santuario de la Divina Pastora en Santa Rosa, presidida por Monseñor Víctor Hugo Basabe, Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Barquisimeto.
Con el canto de su himno, “Oh, piadosa y amante pastora”, la venerada imagen fue bajada de su nicho de perenne exposición, llevada en hombros de sus celadores hacia el área central del santuario y colocada en su trono iluminado y adornado de flores. Ella, vestida este año por la Legión de María, quienes con este gesto de preparar su atuendo para la Visita 165 cierran con broche de amor la celebración de su centenario.
Testigos de este tradicional y especial momento fueron sus devotos, los presentes en el templo y también quienes desde lejos estaban conectados a través de las diversas plataformas digitales.
Un momento de agradecimiento y de ruego, de alegría, de esperanza, de fe y de amor por la Pastora de las Almas. “Teníamos dos años realizando este evento prácticamente a puertas cerradas, hoy de nuevo este templo abre sus puertas para recibir a todos los que han querido sumarse a esta gran celebración.
Demos gracias a Dios y a la Virgen que de nuevo nos permiten vivir este momento”, expresó Monseñor Basabe e invitó a comenzar desde ya “una preparación espiritual mucho más profunda teniendo a María Madre del Divino Pastor en el centro de nuestras plegarias y recordando que ella es medianera nuestra ante el Señor en el conseguirnos su gracia y bendición”.
María es madre y hermana cercana para todo aquel que acude en solicitud de su auxilio, describió al explicar que este año la peregrinación se realiza en un contexto eclesial muy particular. “Estamos a nivel universal en pleno desarrollo del Sínodo de la Sinodalidad al cual nos ha convocado el papa Francisco, ello implica, que nos asumamos como miembros del pueblo de Dios que es la Iglesia y como corresponsables en la misión de la misma.
María es uno de los mejores signos para entender lo que es la sinodalidad: ella es modelo de apertura y de escucha del Señor, de comunión plena con él y de participación en la misión redentora del Salvador de la humanidad, de acercamiento fraterno al hombre en cualquiera que sea su realidad vital”.
En el contexto de la celebración de la Epifanía, suplicó a la Madre Divina Pastora “que sea ella en el hoy de nuestras vidas esa estrella que nos guíe al encuentro de su Hijo, para que también nosotros, como sucedió con aquellos magos que peregrinaron desde su tierra hasta Belén, en ese encuentro nos llenemos de la alegría y de la ternura que irradia para todos los hombres el rostro de aquel niño nacido en Belén para nuestra salvación”.
Con la bendición final y un “viva la Divina Pastora” culminó la Eucaristía de la Epifanía del Señor y la Solemne Bajada que, en palabras de Monseñor Basabe, representa, junto al inicio de la Novena a la Divina Pastora, el “punto de partida hacia el gran reencuentro que vamos a vivir como hermanos en la fe el próximo 14 de enero cuando de nuevo estaremos peregrinando con ella hasta la Catedral Metropolitana de Barquisimeto”.