Al igual que Estados Unidos, Canadá enfrenta una preocupación en el aumento de consumo de drogas, principalmente opioides como el fentanilo, rubro que ha mostrado un crecimiento importante en el número de muertes al menos entre 2015 y 2017. En gran medida, por estupefacientes que vende el Cártel de Sinaloa (CDS).
Por infobae.com
Los cárteles mexicanos de la droga y sus alianzas con mafias locales son copartícipes de este crecimiento en el consumo de mariguana, cocaína y fentanilo. Hasta ahora, en el país de la hoja de maple se han detectado operaciones del CDS, el Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Zetas.
A diferencia de la operación en México, en Canadá “no tienen ‘la mano de obra tan disponible’. Aquí lo que hacen es que han creado un esquema más como ‘tipo Costco’, existe su bodega, cualquiera que viene compra lo que ellos venden, pero ellos también se quedan con una parte de de éste del producto y también lo lo comercializan, pero no, no con el dominio territorial, cómo sería México o Latinoamérica”, indicó en entrevista con Infobae México, Luis Nájera, coautor del libro The Wolfpack: The Millennial Mobsters Who Brought Chaos and the Cartels to the Canadian Underworld (La manada de lobos: la mafia millennial que llevó el caos y los cárteles al inframundo canadiense).
Gracias a sus conocimientos sobre tecnología, este grupo opera con mayor sofisticación y atención a los detalles, elemento en el que las organizaciones criminales aztecas suelen tener fallas.
Por ello, para los cárteles mexicanos fue fácil multiplicar sus operaciones gracias a la alianza con la pandilla conocida como Wolfpack (Manada de lobos), integrada por jóvenes motociclistas de origen italiano e irlandés, que se apoderaron del negocio en capitales como Montreal, Toronto y Vancouver.
El Cártel de Sinaloa se convirtió en el proveedor natural de esta pandilla y por ende en el dueño del mercado canadiense desplazando a mafias locales hasta entonces controladas por familias italianas como la ‘Ndrangheta y la Cosa Nostra.
Dentro de esta asociación, destacó Najera, se identificó a un personaje clave quien sólo se sabe que se le conoce como “Carnalito”, un protagonista del que no existe una imagen y se conoce muy poco de la manera en la que opera.
Según lo investigado por Nájera y Peter Edwards, el otro coautor del libro, “Carnalito” es “aparentemente” alguien influyente que tiene mucho poder al interior del Cártel de Sinaloa, y es con quien se hacen todos los tratos y con quien negocian cualquier cosa. Sin embargo, se desconoce si este traficante se ubica en México o en cualquier otro lugar del mundo.
Una búsqueda realizada por este medio sobre presuntos criminales con el alias de “Carnalito” en México, sólo arrojó el nombre de Ángel David Gómez Mendoza, un presunto sicario buscado en Baja California por el asesinato de una persona en 2019.
Una de las diferencias en la operación es que en México se manejan con jefes de plaza que están a cargo del negocio mientras que en territorio canadiense lo hacen a través de “células” que se coordinan entre sí.
El nuevo mercado
Nájera señaló que Estados Unidos sigue siendo el principal consumidor de drogas mexicanas, pero Canadá se presenta como una nueva plataforma no sólo para la venta sino también para el embarque hacia mercados europeos.
Otro signo palpable que muestra la presencia de los cárteles mexicanas en Canadá es el exhibicionismo de algunos mafiosos locales, quienes no temen hacerse notar en eventos públicos como juegos de basquetbol o partidos de futbol en los que se hacen notar gritando improperios a los jugadores o entrando en controversias con aficionados.
Por otro lado, las ejecuciones en territorio canadiense cada vez son más públicas y constantes, como lo lograron ver los autores a través de un seguimiento en medios de comunicación locales y a parte de expedientes policiacos que pudieron abrirse gracias a el hallazgo de la blackberry de uno de los integrantes del Wolfpack que incluía una serie de mensajes en los que se detallan sus operaciones con cárteles mexicanos, entre estos, el nexo con “Carnalito”.
“Los mexicanos ya están aquí. No es que vendan la droga para que alguien la traiga y la distribuya, ellos ya están aquí”, sentenció el escritor, quien añadió que además de las ventajas geográficas para la conexión con Europa, en Canadá aún es popular el uso de la cocaína, droga que en otros países está cediendo terreno ante el fentanilo.
Nájera teme que las policías canadienses aún no estén preparadas para enfrentar esta especie de explosión de venta de drogas mexicans en su territorio, no sólo por la sofisticación tecnológica con la que operan las mafias sino también porque el idioma puede ser una barrera en caso de encontrarse documentos o lograr la detención de personas.
Información de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), señala que en 2017 murieron en Canadá mil 216 personas por el consumo de cocaína y 5 mil 084 por opioides.