Según Cáritas (organización de promoción y asistencia Católica), el 90% de la población está malnutrida, debido al poco poder adquisitivo que tiene para comprar alimentos. Se ve en la necesidad de rendir sus ingresos comprando los rubros más económicos y deja por fuera los nutrientes de la proteína animal, frutas y verduras.
«La gente está comiendo mal, cada vez son más las ‘ollas solidarias’ que se están abriendo en las parroquias, y hay grupos de personas que se atienden a diario porque hay mucha necesidad, como en Sarare, municipio Simón Planas de Lara. Podríamos decir que un 90% de la población del país está malnutrida», dijo el padre Omar Gutiérrez, coordinador de Cáritas en Barquisimeto.
La doctora María Castillo, médico internista, alerta que el desequilibrio en la alimentación trae múltiples consecuencias tanto en el niño como en el adulto de la tercera edad. En el niño hace que sean propensos a sufrir enfermedades propias del adulto como hipertensión y diabetes, mientras que a las personas de la tercera edad los debilita y hasta caen en cama.
«Si no hay una buena alimentación o no sabemos cómo comer el organismo está en desequilibrio, y hace que todos los procesos se vuelvan más lentos y además haya enfermedades. Si hay un exceso de carbohidratos la persona se verá un poco más gordita, pero no está realmente bien alimentada, sino que ese exceso el cuerpo lo vuelve grasa», dice.
Además de las enfermedades que se puedan tener por una mala alimentación, destaca que la calidad de vida en las personas de la tercera edad merma considerablemente, porque al tener una enfermedad de base y no llevar un control en el consumo de carbohidratos provoca que tengan complicaciones y siempre tengan los valores altos.
Y es que según los datos que lleva la ONG Convite, un 86,9% de los adultos mayores de Venezuela está en situación de pobreza, por lo que deben apoyarse de familiares y organizaciones para poder llenar sus estómagos.
Con información de Morfema.