El candidato republicano a gobernador de Virginia estaba a la cabeza este martes por la noche, según los resultados parciales de una elección considerada como una prueba para los demócratas y para Joe Biden, debilitados por las encuestas a un año antes de las trascendentales elecciones legislativas de medio mandato en Estados Unidos.
Con tres cuartas partes de los votos contados, Glenn Youngkin, un empresario de 54 años sin experiencia política, estaba 8 puntos por delante de Terry McAuliffe, de 64 años y exgobernador de Virginia (2014-2018) que recibió un apoyo sólido del partido durante la campaña.
“Vamos a ganar” estas elecciones aunque sean “reñidas” entre los dos candidatos, el demócrata Terry McAuliffe y el republicano Glenn Youngkin, afirmó el presidente estadounidense en la ciudad escocesa de Glasgow, desde donde llamó a los demócratas a “desplazarse para votar”.
La participación, según la oenegé local Proyecto de Acceso Público de Virginia, va a ser alta. Casi 1,2 millones de votantes votaron anticipadamente, seis veces más que en 2017, cuando fue elegido el demócrata Ralph Northam.
“Ha pasado mucho tiempo desde que dejó de ser una campaña electoral y comenzó a convertirse en un movimiento liderado por todos ustedes”, aseguró Youngkin a sus seguidores cuando se anunciaron los primeros resultados.
Aunque Virginia votó mayoritariamente por el presidente demócrata en las elecciones de hace un año, la popularidad de Biden cayó en las encuestas desde la caótica retirada de Afganistán.
Y aunque el presidente lo niegue, estos comicios son un barómetro del apoyo a las políticas de Biden.
– Codo a codo –
A nivel local, la ventaja de McAuliffe, de 64 años y exgobernador (2014-2018) de este estado aledaño a la capital federal, también tocó fondo frente a Youngkin, un empresario de 54 años. Ahora están codo con codo.
El demócrata, cuyo electorado es predominantemente urbano, declaró el martes que está hecho “un manojo de nervios” ante la idea de una posible victoria de su adversario porque equivaldría a “cuatro años de teorías del complot y de política extremista”.
Youngkin quiere capitalizar por su parte la popularidad del expresidente Donald Trump entre el electorado rural de este estado.
Se ha manifestado en contra del uso obligatorio de la mascarilla y de imponer la vacunación de niños o para ciertas profesiones, y ha entrado en el campo de batalla de los programas escolares.
Combate la enseñanza de “la teoría crítica de la raza”, corriente de pensamiento que analiza el racismo como un sistema que permea todos los niveles de la sociedad más allá de los prejuicios individuales.
Su adversario le acusa de querer prohibir en los colegios algunos libros de autores negros, como el clásico de la literatura “Beloved”, de la ganadora del premio Nobel Toni Morrison, lo que el republicano niega.
Youngkin destacó en un reciente anuncio electoral el caso de una madre que lanzó una campaña para buscar prohibir ese libro del programa escolar porque ciertos pasajes violentos causaron -según ella- pesadillas a su hijo.
– Pesos pesados demócratas –
Pero tampoco ha apoyado abiertamente las posiciones más drásticas de Trump, para no repeler a los conservadores moderados y a los indecisos.
Una victoria de Youngkin daría a los republicanos una plataforma conservadora para las elecciones de medio mandato, que impulsaría su objetivo de retomar el control del Congreso.
Como señal de la importancia de la votación, los pesos pesados del Partido Demócrata -Biden, su vicepresidenta, Kamala Harris, o el expresidente Barack Obama entre otros- acudieron a Virginia a hacer campaña por McAuliffe.
La elección es también un test sobre la capacidad de Biden para seducir a la clase media, considerada la gran beneficiaria de sus planes de inversión -uno de infraestructuras y otro de contenido social y climático-, con los que ambiciona transformar el país.
Pero esos planes están bloqueados en el Congreso, debido a discrepancias incluso entre los demócratas.
La votación también sirve para medir el éxito del presidente entre los electores afroestadounidenses en este estado sureño con pasado esclavista.
Se apoyó en ellos para llegar a la Casa Blanca, pero algunos le reprochan haber perdido de vista sus promesas sobre el acceso de las minorías al voto o sobre la reforma policial.
Otra elección en el estado, la de vicegobernador, será histórica, porque una mujer negra accederá por primera vez al cargo: la demócrata Hala Ayala, de origen libanés, afrolatino e irlandés, o la republicana Winsome Sears, una afroestadounidense.
El puesto de gobernador también está en juego este martes en Nueva Jersey. El candidato saliente, el demócrata Phil Murphy, encabeza los sondeos frente al republicano moderado Jack Ciattarelli.
AFP