Especial desde Berlín: Martha Escalona Zerpa
La cumbre de expertos en salud mental más importante de Europa realizada del 24 al 27 de noviembre de 2021 en el CityCube Berlín mostró cuán grandes son los desafíos asociados al cambio climático para la psiquiatría y la psicología.
En el congreso de la DGPPN, los expertos destacaron las conexiones cercanas y, a menudo, poco conocidas entre el clima y la psiquis.
La crisis climática a nivel local y global es igualmente una crisis existencial y una amenaza sin precedentes para la salud humana, incluida la salud psiquica. Los eventos climáticos extremos, que se suceden más a menudo e inesperadamente, como inundaciones, tormentas, olas de calor prolongadas por largo tiempo, así como la contaminación del aire y la destrucción de la biodiversidad, no solo dejan huellas en el medio ambiente, sino que también afectan a la psiquis humana, por ejemplo en forma de trastornos de ansiedad o depresión, aunado a una sensacion de impotencia y desesperanza. Las personas con enfermedades mentales preexistentes son particularmente vulnerables a los efectos del cambio climático y también están particularmente en riesgo de desarrollar enfermedades secundarias. asusta a muchos o conduce a una sensación de impotencia y aumenta el riesgo de trastornos mentales
Trastornos psíquicos como la depresión, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y el aumento de las tendencias suicidas pueden ser consecuencias tanto a corto como a largo plazo de los drásticos cambios ambientales y los desastres. En el contexto de las olas de calor, por ejemplo, existe una conexión directa entre el aumento de temperatura y el número de emergencias psiquiátricas y suicidios. Los residentes de ciertas regiones, las mujeres y los niños, así como los que ya padecen enfermedades mentales, son particularmente susceptibles a complicaciones psicológicas.
Además, hay una serie de factores de riesgo de enfermedad mental que empeoran con el cambio climático. Solo en 2020, alrededor de 30 millones de personas en todo el mundo tuvieron que abandonar sus hogares debido a desastres naturales o fenómenos meteorológicos extremos. A menudo tiene lugar la reubicación de las regiones rurales a las urbanas, lo que promueve aún más la urbanización. Los factores de riesgo urbanos, como el aumento de la contaminación del aire, el ruido del tráfico, un nivel de estrés generalmente más alto y menos espacios verdes contribuyen a un mayor estrés psicológico y un mayor riesgo de enfermedad mental.
Además, también emergen crisis económicas relacionadas con el cambio climático, que representan factores de estrés masivo no solo para la salud física sino también para la mental. El hecho de que determinadas regiones y grupos de población se vean más afectados por el cambio climático que otros y que los sistemas de salud sean tan diferentes según el norte globalizado vs. el sur globalizado, exacerba las desigualdades sociales, económicas y sanitarias mundiales. Por eso, los expertos y los médicos ahora hablan de la crisis climática como una «emergencia médica». El cambio climático amenaza con convertirse en un factor de riesgo psicosocial global.
Otro aspecto unido al cambio climático es el de la migración forzosa. Tal como señala el Dr. Andreas Heinz Expresidente del DGPPN y actual Director de la Clínica de Psiquiatría y Psicoterapia del Hospiteal Charité en Berlin: En muchos países del mundo, el cambio climático está destruyendo los cimientos naturales de la vida de las personas y, por lo tanto, conduce a la migración relacionada con el clima. En particular, quienes huyen involuntariamente sufren con más frecuencia que la media las consecuencias del trauma y las enfermedades mentales asociadas. La necesidad de atención psiquiátrica y psicoterapéutica aumenta con el cambio climático y exacerba la oferta insuficiente ya existente en muchas regiones del mundo.
Para el conocido Dr. Eckart von Hirschhsen, médico, periodista científico y fundador de la fundación «Tierra sana – Gente sana» (Website: https://stiftung-gegm.de ) el mensaje es claro: No tenemos que salvar «el clima», tenemos que salvarnos a nosotros mismos. Las personas sanas solo existen en un planeta sano», comentó.