La libertad podría estar tocando la puerta del hogar de la cantante Britney Spears, de 39 años, quien este viernes se enfrenta a la última audiencia del juicio contra su padre Jamie, para finalizar a la tutela luego de casi 14 años de control.
Al no haber oposición significativa por parte de ninguno de los implicados, parece probable que la jueza Brenda Penny disuelva el acuerdo legal. El abogado de Britney Spears, sus padres y las personas designadas por el tribunal que controlan la tutela apoyan públicamente la rescisión, refirió The Associated Press.
Jodi Montgomery, la tutora que supervisa la vida y las decisiones médicas de la cantante, ha desarrollado un plan de cuidados con sus terapeutas y médicos para guiarla durante el final de la tutela y sus consecuencias.
Aún se desconoce si la superestrella de la música pop participará en la audiencia. Los fans que lideran el movimiento #FreeBritney, a quien ella ha atribuido el mérito de haberla llevado a este punto, estarán fuera del tribunal.
Penny se puso decisivamente del lado de Spears y de su abogado Mathew Rosengart en la última audiencia de septiembre, cuando suspendió al padre de la cantante, James Spears, de la tutela que había controlado al menos en parte desde que la solicitó por primera vez en 2008.
La jueza no declaró que James Spears hubiera actuado mal, y sólo dijo que el “ambiente tóxico” hacía necesaria la medida.
Antes de esa audiencia, James Spears dio marcha atrás y apoyó la terminación de la tutela. Rosengart argumentó que debería ser suspendido y no tener ningún papel en el final del acuerdo legal. Ha prometido seguir investigando la gestión de James Spears de la tutela incluso después de que ésta termine.
El abogado dijo que planeaba echar un “vistazo de arriba a abajo” a las acciones de James Spears y sus representantes y sugirió que las fuerzas del orden deberían investigar las revelaciones de un documental del New York Times sobre un dispositivo de escucha colocado en el dormitorio de su hija.
Los abogados de James Spears dijeron que las acusaciones de Rosengart iban desde lo infundado hasta lo imposible, y que él sólo actuó en el mejor interés de su hija.
La lucha posterior a la tutela ya ha comenzado en cierto modo. James Spears se ha separado de los abogados que le ayudaron a llevarla, y ha contratado a Alex Weingarten, un abogado especializado en el tipo de litigio que puede estar por venir.
Y en los archivos judiciales de la semana pasada, los antiguos gestores de negocios de Britney Spears, Tri Star Sports and Entertainment Group, se opusieron a las demandas de Rosengart de documentos sobre su participación en la tutela desde 2008 hasta 2018. El grupo también negó cualquier papel o conocimiento de cualquier vigilancia de la cantante.
Hace tan solo seis meses, parecía que la tutela continuaría indefinidamente. Desde entonces, se ha deshecho con sorprendente rapidez.
La clave fue un discurso que Britney Spears pronunció en una audiencia en junio, en el que detalló apasionadamente las restricciones y el escrutinio de su vida que calificó de “abusivo”.
Exigió que la tutela finalizara sin ninguna evaluación indiscreta de su estado mental.
Los expertos jurídicos dijeron entonces que era improbable que eso ocurriera y que representaría una aberración de la práctica judicial habitual.
Ahora parece que puede conseguir exactamente lo que buscaba.
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