Tras la autorización de Nicolás Maduro, en el año 2016, para la explotación de la selva Amazónica venezolana, se generaron consecuencias incalculables en la flora, fauna y cuencas de los ríos en la región. La deforestación masiva, la destrucción del suelo y el envenenamiento de las fuentes hídricas forman parte de este crimen contra la naturaleza.
Por lapatilla.com
Luego de ver esta realidad, el gobierno de Gustavo Petro en Colombia informó que iniciaría ciertas acciones que dieran fin a este ecocidio que no solo afecta a los venezolanos, sino a parte de latinoamérica.
Eduardo Battistini, representante en Colombia de la legítima Asamblea Nacional, emitió un comunicado en el que aplaude y ve con expectativas dichos pronunciamientos y acciones del gobierno colombiano.