La multitudinaria procesión anual se reafirma como símbolo de fe y unidad en Venezuela
Barquisimeto se llenó de fervor religioso con la celebración de la Procesión de la Divina Pastora en su visita número 167. Miles de devotos recorrieron los 7.5 kilómetros que separan el pueblo de Santa Rosa de la Catedral de Barquisimeto, reafirmando una tradición que es parte integral del patrimonio cultural y espiritual de la región.
La jornada comenzó con una vigilia en la noche del 13 de enero, donde los fieles se reunieron frente a la sagrada imagen para rezar y prepararse para la procesión del día siguiente. Con el lema «Con María participamos todos,» este evento espiritual no solo reaviva la fe de los presentes, sino que también fortalece los lazos comunitarios a través de actos de solidaridad y generosidad.
Acompañada de Fe y Alegría
Durante la procesión, la imagen de la Divina Pastora se trasladó en medio de vítores y pétalos de flores, acompañada por la cofradía y grupos de música tradicional. A lo largo del recorrido, se establecieron cinco puntos de encuentro donde se celebraron misas y se ofrecieron oraciones por las peticiones y agradecimientos de los feligreses.
El arzobispo de Barquisimeto, Monseñor Polito Rodríguez Méndez, destacó la importancia de la espiritualidad, fraternidad y comunión durante su homilía, mientras invitaba a los presentes a renovar sus votos de fe y esperanza.
Un Encuentro Comunitario de Gran Magnitud
La procesión también ha servido como un punto de encuentro para millones de devotos de toda Venezuela, evidenciando la masiva devoción que esta imagen mariana inspira en el corazón de los fieles. Durante la eucaristía en la Catedral de Barquisimeto, la emoción y el agradecimiento se hicieron palpables, llenando de alegría y paz a los asistentes.
El evento no solo es una demostración de fe, sino también una celebración de la identidad cultural de Barquisimeto y su gente. Los peregrinos no solo llevan consigo sus plegarias, sino también el espíritu de solidaridad que caracteriza a esta comunidad religiosa.
La Visita 167 de la Divina Pastora dejó una huella indeleble en el corazón de los feligreses quienes, una vez más, encontraron en esta procesión una oportunidad para acercarse a Dios a través de la intercesión de su Madre. Este acontecimiento anual sigue siendo uno de los eventos religiosos más importantes y multitudinarios de Venezuela, consolidando la Procesión de la Divina Pastora como un símbolo perdurable de fe y unión.