La delincuencia juvenil ha venido en ascenso durante los últimos años en Venezuela, los grupos delictivos captan adolescentes, niños y niñas para sus organizaciones criminales, no solo como víctimas sino también como ejecutores.
Jesús Albino // Corresponsalía lapatilla.com
Aunque no hay cifras oficiales sobre la participación de adolescentes o niños en grupos criminales, cada vez son más las detenciones efectuadas por cuerpos de seguridad relacionadas con delitos como robos, hurtos, prostitución, tráfico y venta de estupefacientes, entre otras actividades conexas.
Pero en muchos casos no son delincuentes extraños o ajenos al entorno familiar de las víctimas. En Anaco, estado Anzoátegui, hace aproximadamente dos semanas fue detenida una mujer y su pareja por explotación sexual de su sobrina, de tan solo 12 años de edad.
Según indicó el abogado José Santoyo, los municipios Sotillo y Guanta, en la zona norte de Anzoátegui, son las jurisdicciones donde existen focos importantes de explotación sexual a menores de edad. No obstante, aseguró que en Barcelona también suelen cometerse este tipo de delitos, que ha venido tomando mayor fuerza en los últimos dos años.
El jurista recordó que meses atrás, la ciudad portuaria tuvo un momento crítico con este problema, cuando los conductores formaban largas colas con vehículos de carga pesada llenos de chatarra, a la espera de que los dejaran ingresar al Puerto de Guanta a descargar los metales.
“Vecinos llegaron a contarme que se veían a adolescentes y niños vendiendo bebidas alcohólicas. Se habla de tráfico de sustancias estupefacientes, además de la prostitución infantil. Incluso, dentro de los camiones los choferes aprovechaban para cometer los actos lascivos”.
Santoyo precisó que las víctimas suelen ser niñas de entre 11 años y 17 años, que aún no llegan a la mayoría de edad. Asimismo, señaló que es difícil conocer cuánto pide un explotador por los servicios de las jovencitas.
Afirmó que algunas víctimas son familiares directos de quienes las venden, pero normalmente no están en el sitio como tal.
“Algunos padres y representantes de esas adolescentes, prácticamente en conocimiento de todo, no hacen nada para evitarlo, sino que prefieren hacerse de la vista gorda, incluso, apoyan o impulsan la actividad basados en una necesidad alimentaria, familiar, etc.”.
En relación con los lugares donde suelen cometerse los delitos en otras ciudades, el abogado puntualizó que el Paseo Colón es el sitio con mayor foco de explotación sexual a menores en Puerto La Cruz, mientras que en Barcelona el punto crítico es lo que se conoce como la “Plaza del Hambre”, ubicada en las adyacencias de la gobernación.
Santoyo añadió que la carencia de pronunciamientos oficiales sobre el tema por parte de los alcaldes de Sotillo, Nelson Moreno, y de Guanta, Natalí Bello, deja la incertidumbre de saber si están trabajando o no en disminuir estos delitos.
“No se sabe si las autoridades están trabajando para disminuir eso, y si lo hacen, no hay resultados visibles. Así estén haciendo las labores pertinentes, no están teniendo el alcance necesario, motivo por el cual estos delitos se agravan y se siguen cometiendo”, enfatizó.
El también dirigente político hizo un llamado a los jefes locales y al gobernador de Anzoátegui, Luis José Marcano, a que se aboquen a esta problemática con el trabajo preventivo que debe realizar la policía del estado.
“Se debe trabajar de manera preventiva. El objetivo tiene que ser evitar que este tipo de situaciones sigan ocurriendo. También es necesario que se oficialice las cifras de las denuncias por medio de los Consejos de Protección y de Derechos Municipales del Niño, Niña y Adolescente, además del Consejo de Derecho Regional del estado”.
De igual manera, instó a las autoridades a declarar si han realizado acciones represivas, como el desmantelamiento de bandas o algún procedimiento. “Que se haga público lo que hacen, porque recientemente no lo hemos visto”.
En el municipio Simón Rodríguez actualmente son varios los puntos en los que se concentran adolescentes para prostituirse.
Según información aportada por vecinos, algunas de las principales zonas serían el casco central, El Luchador, el Mercado Puente Ayala, los alrededores de la Plaza Revenga y en la avenida Libertador, cerca de la franquicia de una farmacia.
Se supo que las chicas empezaron a ubicarse en estos dos últimos lugares, luego de que durante el primer semestre del año 2022, la alcaldía de Simón Rodríguez a través del programa “Educadores de Calle”, que coordina el despacho de la primera dama, desarticularan una red de prostitución infantil liderada principalmente por adolescentes.
Esta banda que operaba en el Mercado Municipal de Simón Rodríguez, en su mayoría estaba integrada por niñas de 12 a 17 años de edad.
Se supo que en ese mismo expendido de alimentos, agentes del Cuerpo de Investigaciones Científica, Penales y Criminalísticas Delegación Municipal de El Tigre, a través de trabajos de inteligencia, detuvieron a tres jovencitas de 13 años, 16 años y 18 años de edad, cuando ofrecían su trabajo sexual.
Pero la mayor sorpresa que se llevaron los efectivos fue que durante las pesquisas, lograron determinar que la niña de 13 años era quien comandaba al resto.
Una fuente policial informó que esa muchacha solía escaparse de la residencia, donde habitaba con sus padres en el municipio Guanipa, para trabajar como prostituta en el citado mercado.
El informante asegura que en muchas ocasiones los padres tienen pleno conocimiento de que sus hijas están desarrollando este tipo de actividades laborales ilegales. El funcionario destacó que las jovencitas suelen cobrar sus servicios en divisas.
Otro punto de la ciudad donde han empezado a concentrarse es la Plaza Revenga, según asegura el vecino Enderson Echeverría.
El hombre manifestó que desde tempranas horas se observan a las niñas con vestimenta “muy sexy”, merodeando por el lugar y conversando con distintos hombres.
“Aprovechan mucho esta zona porque es concurrida y casi nunca hay buen patrullaje policial, es decir, los policías pasan, pero no se bajan. No se quedan haciendo recorridos a pie”, expresó Echeverría.
Ante estos hechos, se supo que actualmente los agentes de la policía científica ejecutan labores de inteligencia que les permitan erradicar por completo este tipo de delitos.
Asimismo, articulan con habitantes de distintas comunidades para que denuncien de manera oportuna si observan estas irregularidades.
“Nos prometieron una carrera de modelo en Colombia, estábamos emocionadas, nos cubrían todo, pero todo era una trampa”, contó una de las víctimas de estas redes tráfico de personas.
Los delincuentes se aprovechan de la necesidad o deseos de mejorar sus condiciones económicas a través de los concursos o modelaje para captar a sus víctimas.
“Imagínate, te dan los pasajes, ropa, zapatos, maquillaje, peluquería… Uno piensa que son serios, pero cuando llegas, te quitan los papeles y te amenazan. Uno piensa que o haces lo que haces, o te matan” continúa relatando la víctima, quien logró escapar de su cautiverio en Bogotá.
En una economía inestable como la venezolana, un salario mínimo mensual equivalente a 13 dólares en promedio. Tras las últimas devaluaciones, las ofertas para participar en estas redes se convierten en una opción muy atractiva, pero también sumamente peligrosa para sortear la crisis.
Por ejemplo, en la Aldea de Pescadores, cercana a Los Boqueticos en Puerto La Cruz, fue detenido un sujeto que lideraba una red de prostitución masculina de adolescentes.
El caso despertó las alarmas. Extraoficialmente se conoció que el sujeto captaba a sus víctimas por redes sociales: les ofrecía ropa, zapatos, licor y se presume que hasta estupefacientes a jóvenes entre 14 años y 17 años de edad, pertenecientes a un estatus social muy humilde. Con estos ofrecimientos, lograba ganarse la confianza de los jovencitos.
Posteriormente, cuadraba encuentros sexuales con hombres mayores, que pagaban entre 20 dólares a 100 dólares, según la complejidad del acto sexual.
El líder del grupo fue detenido, según información extraoficial, luego de las denuncias de las víctimas que aseguraron que el sujeto se negaba a pagarles por “sus trabajos”.
Defensores de los derechos del niño, niña y adolescentes aseguran que es importante la supervisión de los jóvenes por parte de sus padres o tutores para evitar que sean víctimas de estos delitos.