En un comunicado emitido este miércoles, el Banco Mundial anunció que América Latina experimentará un crecimiento mayor de lo previsto en 2023, aunque este aumento se mantendrá en niveles similares a los de hace una década, lo que plantea desafíos en términos de inclusión y reducción de la pobreza.
El informe publicado hoy estima que el Producto Interno Bruto (PIB) regional experimentará un aumento del 2% en 2023, superando las previsiones anteriores del 1.4% anunciado en junio. Sin embargo, el Banco Mundial señaló que esta cifra sigue estando por debajo del crecimiento observado en otras regiones del mundo.
Según William Maloney, economista principal para la región de América Latina y el Caribe en el Banco Mundial, esta mejora está relacionada con el crecimiento más sólido experimentado por las principales economías del G7. Aunque los precios de las materias primas se han debilitado, el crecimiento del PIB en Estados Unidos superó las expectativas, y el desempeño general del G7 ha sido mejor de lo anticipado, lo que ha beneficiado a la región.
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Para el año 2024, se prevé un crecimiento del 2.3% en la región (tres décimas por encima de la estimación de junio) y del 2.6% en 2025.
El Banco Mundial también proporcionó un desglose por países, anticipando un crecimiento del 3.2% para México, del 2.6% para Brasil, del 0.8% para Perú y del 1.5% para Colombia. En contraste, Argentina experimentará una contracción del 2.5%, mientras que Chile sufrirá una caída del 0.4%.
La inflación regional, excluyendo a Argentina y Venezuela, se sitúa en el 4.4%, en comparación con el 6.4% en los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el 8.6% en Europa del Este, según señala el banco.
El Banco Mundial advierte que estas perspectivas de crecimiento siguen siendo bajas en comparación con el potencial de la región y no se deben a condiciones globales ni a consecuencias colaterales de la pandemia. Más bien, reflejan problemas estructurales que han persistido durante mucho tiempo sin abordar.
«Es decepcionante. Tenemos un problema fundamental de crecimiento a largo plazo, ya que estas tasas de crecimiento del 2% son similares a las que experimentamos en la década de 2010 y reflejan problemas estructurales de más largo plazo», señaló Maloney.
EFE
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