Aunque todos esperaban una Australia dubitativa y adolorida por la goleada que se llevó gracias a Francia (4-1), en la primera fecha del grupo D, y una Túnez más al ataque por la cara mostrada, ante Dinamarca. Fue todo lo contrario, sobre todo en el primer tiempo, Australia mostró una cara muy distinta, atacando, triangulando al mejor estilo sudamericano. Y así se llevó el partido contra Túnez 1 tanto por 0, en el Stadium Al Janoub en Qatar.
El gran protagonista de este cambio de cara australiano es el delantero Mitchel Duke, que fue una pesadilla para el conjunto tunecino, dictó una clase magistral de cómo desmarcarse, bajar a recibir, aguantarla, orientar los pases a los costados, ganar duelos y, también, marcar.
La jugada de gol sale de contragolpe: un balón largo al centro del campo, para que el propio Duke la bajara de maravilla antes de volcar el esférico a la izquierda, iniciar la carrera y el posterior centro que, tras tocar en Bronn, conectó Duke con un giro de cabeza perfecto, situando la pelota lejos del alcance del portero Aymen Dahmen.
Las más claras del equipo tunecino no llegaron hasta casi el descanso. Primero Mohamed Dräger, con un disparo duro desde dentro del área que solo evitó el bloqueo del defensa Key Rowles yéndose al suelo. Y después, con un remate de Mskani en el descuento que se le marchó fuera por poco.
No obstante, el equipo oceánico jugó con cabeza, sabiendo contemporizar y defender en bloque para acabar llevándose los tres puntos y seguir vivos en Qatar, algo que se le complica mucho a Túnez que solo se queda con un punto, esperando del encuentro de Dinamarca y Francia.