El sábado 10 de julio, nada más concluir su gira por los países bálticos, Pedro Sánchez se embarcó en una frenética remodelación de Gobierno en la que solo cambió a ministros socialistas y en el que la baja más sorprendente fue la de José Luis Ábalos. El titular de Transportes no se lo esperaba y se quedó de piedra cuando el presidente le llamó por teléfono. “Sabes que te tienes que ir, ¿no?“, le soltó Sánchez a un incrédulo Ábalos.
Por ANTONIO RODRÍGUEZ / vozpopuli.com
Estas palabras sugieren que el jefe del Ejecutivo conocía un potencial escándalo en torno a su ministro, según fuentes gubernamentales consultadas por Vozpópuli, y que antes de que le estallase en las manos y le obligase a destituirle, prefirió prescindir de él ante el riesgo político de tenerle dentro del Consejo de Ministros.
El cese fue tan inesperado para Ábalos que tuvieron que pasar 48 horas para que fuese realidad su dimisión en diferido como secretario de Organización del PSOE y que esta estratégica área del partido pasase a manos de Santos Cerdán de forma interina hasta la celebración del congreso federal de octubre. Una cita que se celebrará en Valencia, la tierra de Ábalos porque así lo quiso el entonces número dos del PSOE, pero que ahora tendrá que ver desde la barrera.
Ábalos fue uno los hombres fuertes de la Moncloa y su peso dentro del Ejecutivo le ha llevado a protagonizar tres de los sucesos más mediáticos del actual Ejecutivo como son el denominado ‘Delcygate’, la controvertida compra de material sanitario y el polémico rescate de la aerolínea Plus Ultra. Hechos que todavía siguen sin esclarecerse y que siguen cargados de interrogantes.
Lo sucedido con el ‘Delcygate’ sigue siendo un misterio un año y medio después. El polémico encuentro secreto entre la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, y el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, que adelantó en exclusiva Vozpópuli, sigue siendo investigado por el Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid. El juez Antonio Serrano-Arnal todavía no ha dado la orden de destrucción de las imágenes que captaron las cámaras de videovigilancia del aeropuerto de Barajas.
Una prueba que sería clave para evidenciar lo que contaba este periódico. Ábalos fue en secreto a la terminal ejecutiva del aeródromo madrileño Barajas la noche del domingo 19 de enero de 2020 para encontrarse con la vicepresidenta de Venezuela, una mandataria que no puede pisar suelo de Unión Europea por la violación de derechos humanos en su país. Un encuentro que el Gobierno negó inicialmente a los periodistas de Vozpópuli.
Días después, Ábalos y el resto del Gobierno fueron reconociendo los hechos encadenando varias versiones. Un suceso que le abría una crisis internacional a Moncloa con el resto de sus socios europeos. Las imágenes que custodia Aena sería un elemento clave para evidenciar asuntos que se contaron en Vozpópuli: Delcy Rodríguez estuvo en suelo español, que portaba más de 40 maletas y abandonó el país en un vuelo comercial con destino a Doha.
Ábalos y las mascarillas
Dos meses después de aquella oscura noche en Barajas, Ábalos volvía a ocupar la portada de este periódico. El exministro de Transporte recurría a una desconocida pyme de cinco trabajadores y con un complejo pasado en Angola para gastar 20 millones de euros en mascarillas a través de Puertos del Estado para afrontar la incipiente pandemia.
La noticia, de la que se hicieron eco el resto de medios, fue seguida días después por otra compra de 12 millones de euros a través de Adif. La empresa denominada Soluciones de Gestión y Apoyo a las Empresas pasaba a denominarse como ‘el proveedor de confianza de Ábalos’. Un proveedor que después fue recomendado a Interior, al que también recurrió el Gobierno balear y, finalmente, el Ejecutivo canario.
En total, esta desconocida pyme pasaba de registrar números rojos con una facturación de 100.000 euros antes de la pandemia a ingresar 53 millones de euros sólo a través de contratos de mascarillas con el Gobierno. Pese a las reiteradas consultas a Transparencia y reclamaciones de información a las diferentes administraciones, los pliegos de estos contratos y los detalles de esta empresa siguen siendo un misterio similar a las imágenes de seguridad del ‘Delcygate’.
El millonario rescate de Plus Ultra
Otro de los casos que ha puesto a José Luis Ábalos en el foco ha sido el rescate de la aerolínea Plus Ultra con 53 millones de euros. Esta ayuda ha sido gestionada por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que depende del Ministerio de Hacienda y en el que están presentes los secretarios de Estado de varios gabinetes (Economía, Hacienda, Industria y Energía). Sin embargo, el papel de Transportes ha sido especialmente decisivo en esta operación, pues aportó información clave sobre la compañía aérea.
En concreto, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) y Aviación Civil, ambos dependientes del mismo Ministerio que hasta hace unos días pilotaba Ábalos, realizaron dos informes sobre la aerolínea a petición de la SEPI antes de que los gestores de esta entidad aprobaran la inyección millonaria, que finalmente se autorizó por el Consejo de Ministros el 9 de marzo.
En ellos, tal y como ha desvelado Vozpópuli, advertían de que la aerolínea tenía una presencia minoritaria en el sector y otras compañías ocuparían su lugar si desapareciera, por lo que no afectaría a la conectividad con Latinoamérica. También informaban a la SEPI de su limitada facturación, su delicada situación económica y de que no registraba beneficios desde que se creó en 2011.
Sin embargo, Aviación Civil también justificaba estos aspectos en la corta vida de la empresa y destacaba la importancia de las “compañías de nicho” en el sector aéreo, “estratégico” en sí mismo para la economía. Además, se apelaba a los 345 empleos directos y más de 2.500 indirectos que, presuntamente, la compañía generaba antes de la pandemia. Unos datos que la ministra de Hacienda utilizó para justificar el rescate en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros y a los que el Gobierno continúa haciendo referencia.
Pese a esto, tras destaparse este escándalo y antes de que saliera a la luz la existencia de ambos informes, Ábalos se desmarcó de esta operación, asegurando que su Ministerio no había tenido nada que ver en el rescate. Esta maniobra ha levantado aún más sospechas sobre su papel en este asunto. El caso ya se investiga en el Juzgado de Instrucción número 15 de Madrid. También ha llegado a la Comisión Europea, quien está estudiando si toma partido en el asunto.
El rescate de Plus Ultra se ha cuestionado desde múltiples frentes. Desde el punto de vista económico, por su dudoso carácter estratégico, al representar apenas el 0,03% del tráfico aéreo en España; y por el estado financiero de la empresa, al encontrarse en pérdidas desde su creación en 2011. Pero también por quién controla la compañía, con la mayoría de las acciones en manos de empresarios venezolanos conectados con el régimen de Nicolás Maduro.
Champán y masaje para Ábalos
Otro episodio que salpicó a Ábalos fue su viaje en noviembre a las Islas Canarias. Tras una serie de actos oficiales en Las Palmas y Tenerife en medio de una crisis migratoria, el ministro pasó un fin de semana de carácter privado en el hotel Palacio de Isora junto a su familia y comitiva. El PP apuntó en sucesivas baterías de preguntas al pago de botellas de champán y un masaje para el propio ministro con una importante suma de dinero en efectivo.
La formación de Pablo Casado recibió del Gobierno, a principios de febrero de este año, información sobre el coste oficial de este viaje, cifrado en 7.150 euros, tal y como publicó Vozpópuli. El Ejecutivo negó que se abonase ninguna partida al margen de la agenda oficial y detalló que el traslado, alojamiento y manutención de Ábalos y su equipo más cercano supuso el citado desembolso.
El PP no se quedó contento con las respuestas obtenidas y planteó nuevas preguntas al Gobierno sobre la prolongación de la estancia del ministro de Transportes en ese hotel de lujo en Canarias. En concreto, si se habían utilizado fondos reservados por parte del Ministerio de Transportes, al tiempo que se pidieron una serie de aclaraciones al Ejecutivo por la utilización de dinero en efectivo en este tipo de desplazamientos.
Vozpópuli ya adelantó a mediados de febrero que el PP había preguntado a Ábalos cómo pagó los gastos de champán y masaje con una importante suma de dinero en efectivo, que fuentes consultadas por este diario elevaron a 1.800 euros. Con ese montante se pagaron botellas de champagne de la marca ‘Moët Chandon’ con billetes “grandes” pues se utilizaron algunos de 500 euros.
Koldo García, el asesor de Ábalos, llevó consigo tres sobres diferentes para las facturas de los gastos extras que tuvo el ministro en aquel fin de semana de noviembre. Estos tres sobres, según desveló ABC, corresponderían al Ministerio de Transportes -los 500 euros desvelados por Vozpópuli-; al PSOE -ya que el entonces ministro era secretario de Organización- y al propio Ábalos.