John McAfee, empresario británico-estadounidense de 75 años y fundador de la compañía de antivirus que lleva su nombre, fue encontrado sin vida este miércoles en una prisión española, poco después de que la Audiencia Nacional de España aprobara su extradición a EE.UU.
Su misteriosa muerte ha renovado el interés en su controvertida vida, que abarcó la huida de una investigación de asesinato en Belice, el envenenamiento de sus perros, el juego a la ruleta rusa y dos campañas presidenciales, entre otros polémicos episodios.
Una vida turbulenta
McAfee, uno de los pioneros más conocidos de Silicon Valley y una fuerza impulsora detrás de la tecnología antivirus ahora omnipresente, nació en una base militar estadounidense en Reino Unido en 1945, de madre británica y padre estadounidense, y se mudó a EE.UU. cuando era niño. Cuando tenía 15 años, su padre —a quien en su momento describió cómo alcohólico que lo golpeaba “sin piedad”— usó la escopeta del adolescente para suicidarse.
Tras graduarse en matemáticas y trabajar para la NASA y varias empresas privadas, se hizo famoso a finales de los 80 con la empresa de software McAfee Associates, a la que renunció en 1994. El software antivirus que lleva su nombre todavía tiene 500 millones de usuarios en todo el mundo, aunque el propio magnate lo calificaba del “peor software del planeta” y presumía de no utilizar antivirus en general.
En 2008, tras emprender una serie de proyectos y perder una gran parte de su fortuna en la crisis financiera, la atención de McAfee se desplazó de los virus informáticos a los virus reales. Se mudó al país centroamericano de Belice para crear antibióticos a base de hierbas. Su laboratorio fue allanado en 2012 por la Policía con el pretexto de que era un laboratorio de metanfetamina; su perro recibió un disparo y su pasaporte y armas fueron incautadas. Después de una breve detención, el propio empresario fue puesto en libertad sin cargos.
Más tarde ese mismo año, McAfee fue declarado “persona de interés” en el asesinato de su vecino Gregory Viant Faull, quien fue encontrado muerto con una bala en la cabeza. Faull había presentado anteriormente una queja ante las autoridades locales sobre el escandaloso estilo de vida y sobre los perros de McAfee, alegando que eran “agresivos” y atacaban a las personas. Cuatro de los canes fueron encontrados envenenados el día antes de que Faull fuera asesinado a tiros, aunque McAfee declaró más tarde a The Telegraph que no culpaba a su vecino por la muerte de sus mascotas y acusó a las autoridades de Belice de matarlos.
Aunque mantuvo su inocencia, McAfee se dio a la fuga, insistiendo en que estaba siendo rastreado por un escuadrón paramilitar y que las autoridades del país querían asesinarlo. Durante su huida, McAfee supuestamente jugó a la ruleta rusa, episodio descrito por Joshua Davis, un reportero de la revista Wired que pasó seis meses investigando la extraña vida del programador.
McAfee huyó de Belice a la vecina Guatemala, donde fue detenido por las autoridades, pero sufrió dos ataques cardíacos (fingidos, como reveló más tarde), por lo que en vez de enviarlo a Belice lo trasladaron de regreso a Miami en diciembre de 2012.
Su turbulenta vida por aquella época incluyó también drogas y relaciones con numerosas jóvenes prostitutas, una de las cuales le disparó, provocando que perdiera audición en un oído, y otra acabó siendo su mujer y actual viuda.
En los años posteriores a su regreso a EE.UU., McAfee se convirtió en un destacado experto en tecnología, un defensor de las criptomonedas y un opositor vocal de los impuestos, además de postularse para la presidencia en 2016 y 2020.
Aunque nunca fue declarado formalmente sospechoso de la muerte de su vecino, en 2019, un tribunal de Florida le ordenó pagar 25 millones de dólares a los herederos de Faull, cosa que se negó a hacer. El mismo año, fue detenido en República Dominicana por sospecha de que él y otras cinco personas viajaban en un yate con armas de alto calibre, municiones y equipo de estilo militar. Luego, salió de EE.UU. y vivió en un megayate con cuatro perros y un equipo de seguridad.
En octubre de 2020, el magnate fue acusado en EE.UU. de evadir más de 4 millones de dólares en impuestos y de un caso de fraude de criptomonedas. McAfee afirmó que no había pagado impuestos por razones ideológicas.
Ese mismo mes McAfee fue detenido en el aeropuerto El Prat de Barcelona, cuando intentaba viajar hasta Turquía. Desde entonces se encontraba en prisión provisional en la cárcel de Sant Esteve Sesrovires a la espera de la decisión definitiva sobre su extradición a EE.UU.
El propio magnate alegó ser un perseguido político de EE.UU. por sus denuncias contra la “corrupción” de la agencia tributaria de ese país. El 15 de junio, durante una vista judicial, señaló que en caso de ser extraditado era casi seguro que pasaría el resto de su vida en prisión, porque EE.UU. —agregó— quería usarlo como “un ejemplo”.
Una muerte misteriosa
Tras el fallecimiento del empresario en la prisión catalana de Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), el Departamento de Justicia del Gobierno de Cataluña indicó a través de un comunicado que “todo apunta a que podría tratarse de una muerte por suicidio”.
Sin embargo, muchos de sus seguidores sacaron a relucir antiguos tuits del fundador de la compañía de antivirus sugiriendo algunas teorías de conspiración detrás de su muerte.
Así, los internautas han compartido un mensaje que el magnate tecnológico escribió el 15 de junio de 2020 en Twitter después de su arresto y encarcelamiento en Barcelona. “Estoy contento aquí. Tengo amigos. La comida es buena. Todo está bien. Sepan que si me cuelgo, a la Epstein, no será culpa mía“, reza el tuit.
En otro tuit de McAfee, publicado el 30 de noviembre de 2019, advertía que estaba recibiendo “mensajes sutiles” de funcionarios del Gobierno de EE.UU. de que iban a asesinarlo. “Si me suicido, no lo hice”, escribió junto a una fotografía de un tatuaje que se hizo en el brazo.
Aunque las autoridades adelantan que podría ser un suicidio, una comitiva judicial se ha desplazado a la prisión e investiga las causas del deceso.