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Algo inusual está pasando en el Servicio de Hematología del estatal Hospital de Niños J.M. de los Ríos, el principal pediátrico de Venezuela, ubicado en la urbanización San Bernardino del centro norte de Caracas. En agosto de este año, 10 niños fueron diagnosticados con meningitis después de un procedimiento en quirófano para suministrarles, a través de una punción lumbar, el medicamento metotrexato, como parte de un protocolo médico para combatir la leucemia.
Isayén Herrera // ARMANDO.INFO
En una segunda oportunidad, el mismo medicamento se usó de forma intravenosa. Esta vez, seis niños desarrollaron dolores de cabeza, fiebre y vómitos a los 20 minutos de iniciado el tratamiento. Días después, uno de estos niños terminó con una infección por pseudomonas, bacteria que suele causar infecciones intrahospitalarias y neumonía o meningitis.
Esta secuencia de pacientes que venían a curarse pero, en cambio, contrajeron nuevos males, cuya incidencia sobrepasaba por mucho cualquier estadística aceptable para cualquier centro hospitalario, puso las sospechas sobre un elemento en común en todos los casos: el metotrexato que se les estaba suministrando.
El metotrexato es un medicamento oncológico que se usa en el tratamiento del cáncer para retardar el crecimiento de las células cancerosas. Los médicos de este hospital pediátrico lo prescriben como parte del protocolo médico para tratar pacientes de leucemia.
Ya desde julio de 2022 se registraron casos de toxicidad severa después de que se les administrara a los pacientes altas dosis de metotrexato, como dicta el protocolo. Cinco de ellos fallecieron. Murieron quemados y llenos de llagas, como si a sus pequeños cuerpos los hubiesen bañado con agua hirviendo.
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