Los hallazgos científicos indican que el virus está cambiando de manera que lo hacen más transmisible. Así lo demuestran dos nuevos estudios que explican que el coronavirus está evolucionando para propagarse de manera más eficiente por el aire.
Por infobae.com
Hasta ahora, los expertos coinciden en que la forma más clara de propagación se produce a través de gotas, que pueden flotar a distancias largas para contagiar a personas, en un efecto llamado de aerosoles. Este fenómeno ha dado el impulso a la obligatoriedad del uso de los barbijos o máscaras y a la regla del distanciamiento social.
Con nuevos trabajos, Vincent Munster, virólogo del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, responsable de uno de las investigaciones dijo: “Es como una modificación del virus para una transmisión más eficiente, que es algo que creo que todos esperábamos, y ahora lo vemos sucediendo en tiempo real”.
Para el estudio, las variantes genéticas de SARS-CoV-2 continúan detectándose en todo el mundo y las variantes de preocupación (COV) se definen por cambios fenotípicos, incluida una transmisión mejorada. Esta transmisibilidad es importante ya que define la infecciosidad, susceptibilidad, patrones de contacto entre individuos y estrés ambiental sobre el patógeno durante su propagación.
“Este no es un escenario de Armageddon”, dijo Vincent Munster, pero el aumento en el potencial de transmisión de aerosoles subraya la necesidad continua de desarrollo e implementación de intervenciones preventivas no farmacéuticas. La permanencia de barreras para la propagación pueden ser clave para evitar rebrotes.
A la luz de la cobertura mundial aún desigual de la vacuna y la posible aparición de mutantes de escape, la ventilación y la desinfección del aire, los barbijos y el distanciamiento social, “deben seguir considerándose herramientas esenciales en las estrategias de mitigación del riesgo de transmisión y exposición al COVID-19?, sostiene el documento.
El equipo del instituto que dirige Munster demostró que los aerosoles pequeños viajaban distancias mucho más largas que las gotas más grandes y era mucho más probable que la variante Alfa causará nuevas infecciones a través de la transmisión por aerosoles. Otro estudio, el segundo que observa esta virulencia del SARS-CoV-2, encontró que las personas infectadas con Alfa exhalaban alrededor de 43 veces más virus en diminutos aerosoles que aquellas infectadas con variantes más antiguas.
A partir de los trabajos comparativos entre variantes, los resultados lograron explicar por qué la variante Delta es tan contagiosa y por qué desplazó a todas las demás versiones del virus.
El trabajo publicado en la revista Clinical Infectious Diseases, indica que el SARS-CoV-2 está evolucionando hacia una generación de aerosoles más eficiente. Este mismo trabajo, que resalta lo estratégico de continuar con la utilización de barbijos, sostiene que las mismas proporcionan un control de fuente significativo. Por lo tanto, hasta que las tasas de vacunación sean muy altas, serán necesarios controles continuos en capas y máscaras y respiradores ajustados.
La posibilidad de una evolución esta en debate. Para los científicos, la ultratransmisibilidad de las variantes puede deberse a una combinación de factores. Esto puede significar que dosis más bajas de virus, de nuevas variantes, logren ser altamente infecciosas. También que las variantes se repliquen más rápido, o que se exhale más del virus variante en aerosoles, o los tres opciones juntas.
En línea a estas investigaciones, la propagación es evolución para el virus. Adaptabilidad para subsistir. De acuerdo a los expertos, a raíz de este permanente cambio del COVID-19, no puede descartarse que las nuevas variantes resulten aún más transmisibles.
Con pronósticos de mutación, las proyecciones acuerdan en un control del brote actual pero no de posibles resurgimientos del virus. En el hemisferio norte, el pico del verano impulsado por la variante Delta estaría terminando. Incluso, para los expertos es probable que esta sea la última gran ola de COVID-19, al menos en Estados Unidos.
Este argumento es sostenido por el ex comisionado de la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA), Scott Gottlieb. “Salvo algo inesperado”, dijo el también autor de “Uncontrolled Spread”, un nuevo libro sobre Covid, “Soy de la opinión de que esta es la última gran ola de infección”.
Sin embargo, Gottlieb, aclaró que la pandemia está lejos de terminar a nivel mundial. Gottlieb, quien forma parte de la junta directiva de Pfizer, que co-desarrolló una de las vacunas más utilizadas con el socio alemán BioNTech, dijo que el desafío para el resto del mundo será distribuir la vacuna en lugares remotos.
Las autoridades sanitarias mundiales saben que poblaciones no inmunizadas pueden ser reservorios para la evolución del virus. Por lo tanto, para que el COVID-19 no encuentra la posibilidad de adaptarse a linajes más contagiosos, las tasas de vacunación deberán ser muy altas, serán necesarios controles continuos con tapabocas y restaurar medidas como el distanciamiento social, contrariando las flexibilizaciones que se están observando.