Armando Chacín, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga), estima que un total de 700.000 reses han sido objeto del abigeato y el contrabando de extracción en los estados llaneros de Venezuela.
María Eugenia Díaz // Corresponsalía lapatilla.com
La declaración fue dada a conocer por Chacín, durante su visita al estado Apure, en el marco de la celebración de los 80 años de la Asociación de Ganaderos de la entidad, la Asociación Pecuaria más antigua de Venezuela.
“Venezuela debería tener alrededor de 30 millones de cabezas de ganado para poder ser un mercado competitivo. Sin embargo, vemos con preocupación cómo debemos entregar nuestros productos en un mercado reprimido económicamente. Los ajustes del precio de la carne, se generaron ante la necesidad existente en nuestras unidades de producción de crecer”, agregó.
Chacín, insta al régimen de Nicolás Maduro a mantener una política de Estado, enfocada en defender la seguridad agroalimentaria en el país.
“El Estado debe darnos respuesta, porque la reforma a la Ley de Actividad Ganadera, tiene más de dos años reposando en la Asamblea Nacional, mientras matan, secuestran y extorsionan a productores agropecuarios y están robando cantidad de ganado en Apure que han traspasado la frontera”, apuntó.
Para Chacín, el chavismo debe entender que los productores hacen soberanía, no solo alimentaria sino también, de territorio. “No la pueden garantizar los grupos insurgentes del vecino país. Debemos tener una política de frontera adaptada a la realidad”, agregó.
En tal sentido, solicita a las fiscalías y a los tribunales en los estados hacer cumplir la Ley de Protección de la Actividad Ganadera.
“Cuando es capturado un delincuente en flagrancia debe ser sometido a la ley. Un delito de atentado a la producción de alimentos en el país no puede ser tratado de esta manera. El delincuente paga dos sueldos mínimos para salir en la presentación, a pesar que fue hallado delinquiendo, así no se acaban los delitos”, declaró Chacín.
Chacín reconoce el trabajo de los productores apureños porque a pesar de las malas condiciones del país y que los ciudadanos no pueden cumplir con el consumo de seis kilos per cápita de bovinos (búfalos y vacunos) marcado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), siguen aportando animales para cebar, para poder seguir ofreciendo carne más económica de Latinoamérica hecha en Venezuela. “Se está haciendo un gran esfuerzo para seguir avanzando, pronto haremos un censo para develar los números reales de la ganadería en Venezuela”, agregó la autoridad gremial.
La carne en Venezuela está garantizada, no hay ninguna denuncia de escasez de carne ni de lácteos en ninguna parte del país. Pero, el poder adquisitivo (sueldos y salarios) de la población, afectado por la dolarización de la economía nacional ha incidido en la dinámica de precios de los productos, declaró Chacín.
“Tenemos un país que se dolarizó y tenemos una deuda con la dignificación de esos sueldos y salarios para que la población pueda adquirir la carne más económica, se pueda subir el consumo y los productores podamos impulsar la ganadería de acuerdo al crecimiento económico del país para beneficio de los consumidores y de los mercados internacionales”, manifestó el presidente de Fedenaga.
A juicio de Chacín, en la actualidad, a pesar de los problemas o restricciones existentes, Venezuela produce alimentos para 30 millones de habitantes.
“Pero, si se apalanca el sector productivo, se generan las condiciones de trabajo para los productores y se impulsa la propiedad privada “no cabe duda que Venezuela tendrá un potencial enorme en Latinoamérica para producir alimentos para 100 millones de habitantes de forma medio rudimentaria, sin mucha tecnología”, manifiesta el entrevistado.
Para Chacín, las estructuras de costo de los productores, aún no están totalmente saciadas con el actual precio de la carne, porque los productores están asumiendo el pago dolarizado del servicio de la electricidad y el buen estado de las vías de penetración (antigua política de desarrollo para las zonas rurales), temas anteriormente asumidos por el Estado.
Revela el aumento del 8% del rebaño nacional durante los últimos 18 meses, tomando en cuenta la matanza de animales. Espera que Venezuela recupere el 80% del Producto Interno Bruto (PIB) perdido ante la aplicación de políticas incoherentes como la expropiación.
“El Covid-19 nos obligó a comer menos proteínas porque estábamos confinados en nuestros hogares y porque se dolarizó el precio de la carne. El productor agropecuario dejó que la inflación le quitara lo que trabajaba una semana cuando iba a recibir el pago por los animales o por la leche o los quesos, ya se le había desmejorado el precio por la inflación”, agregó.
Para Fedenaga, la dolarización de la carne, hizo posible que el productor agropecuario dejara de quemar rebaños para poder cumplir sus compromisos, porque ahora los precios de los productos son más estables.