Refefencial. Una mina de carbón a cielo abierto en la región central de Rusia | Foto Sergey Bobylev/TASS
Los Gobiernos europeos elaboran planes para eliminar gradualmente el carbón, están cerrando centrales eléctricas de carbón en Estados Unidos a medida que caen los precios de la energía limpia, y se descartan nuevos proyectos asiáticos a medida que bancos evitan financiar el combustible fósil más contaminante.Pero en Rusia, el Gobierno del presidente Vladimir Putin está gastando más de US$10.000 millones para modernizar las redes férreas, lo que ayudará a impulsar las exportaciones del producto.
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Las autoridades utilizarán prisioneros para ayudar a acelerar el trabajo, reviviendo una tradición de la era soviética.El proyecto para modernizar y expandir los ferrocarriles que van a los puertos del Lejano Oriente de Rusia es parte de un impulso más amplio para que el país sea uno de los últimos en exportar combustibles fósiles a medida que otros países pasan a alternativas más ecológicas. El Gobierno está apostando a que el consumo de carbón seguirá subiendo en los grandes mercados asiáticos como China, incluso mientras se desvanece en otros lugares, reseña una análisis de Bloomberg
“Es realista esperar que la demanda asiática de carbón importado aumente si las condiciones son las adecuadas”, dijo Evgeniy Bragin, director ejecutivo adjunto de UMMC Holding, que posee una empresa de carbón en la región de Kuzbass, en el oeste de Siberia. “Necesitamos seguir desarrollando y expandiendo la infraestructura ferroviaria para que tengamos la oportunidad de exportar carbón”.El más reciente proyecto de 720.000 millones de rublos (US$9.800 millones) para expandir los dos ferrocarriles más largos de Rusia tendrán como objetivo aumentar la capacidad de carga de carbón y otros bienes a 182 millones de toneladas al año para 2024.
La capacidad ya se duplicó con creces a 144 millones de toneladas bajo un plan de modernización de 520.000 millones de rublos que comenzó en 2013. Putin instó a un progreso más rápido en el siguiente tramo en una reunión con mineras de carbón en marzo.Putin apuesta a que la frontera terrestre de su país con China y las buenas relaciones con el presidente Xi Jinping lo convierten en un candidato natural para dominar las exportaciones a la nación que consume más de la mitad del carbón del mundo. Su caso se ve favorecido por el hecho de que Australia, actualmente el principal exportador de carbón, enfrenta restricciones comerciales de China en medio de una disputa diplomática sobre los orígenes del coronavirus.
Pero el plan está lleno de riesgos, tanto para la economía rusa como para el planeta. El Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU recomienda la eliminación inmediata del carbón para evitar un calentamiento global catastrófico y se prevé que los efectos del cambio climático le costarán a Rusia miles de millones en las próximas décadas.