El secretario estadounidense de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y el presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, expresaron este domingo la necesidad de cooperar «estrechamente» para «abordar y resolver la crisis humanitaria» de los migrantes en la provincia del Darién, frontera natural con Colombia, informó la oficina de prensa del nuevo gobernante panameño.
El asunto fue abordado durante un encuentro sostenido por Mayorkas y Mulino, en el que el mandatario electo reafirmó su compromiso de «trabajar en equipo con el Gobierno de los Estados Unidos, para encontrar soluciones efectivas a esta situación».
En la reunión con el alto funcionario estadounidense, Mulino también destacó «su firme propósito de combatir el negocio alrededor de la migración irregular», señaló un comunicado de la oficina de prensa de Mulino.
El 1 de julio, Mulino tomará la banda presidencial para gobernar Panamá en el periodo 2024-2029.
El nuevo gobernante, de 65 años, que entre sus varios retos afronta la crisis migratoria, ha planteado repatriar de manera masiva a los migrantes irregulares que atraviesan desde Colombia la selva del Darién, y ha pedido además a Estados Unidos un acuerdo de cooperación para que lo financie.
Más de 520.000 personas se trasladaron por la jungla en el 2023, una cifra inédita, y este año ya se superan las 195.000, según datos oficiales.
«El día lunes, que tengo una reunión bilateral con Estados Unidos, voy a plantear en la mesa esto… que viene el señor Mayorkas… ese día espero suscribir un convenio con EE.UU., respetuoso y digno, para que entre los dos países comencemos los procesos de repatriación de toda esta gente acumulada» en la provincia panameña de Darién, dijo Mulino el viernes tras recorrer la estación de migrantes de Lajas Blancas.
Mayorkas llegó este domingo a Panamá para representar a su país en la investidura de Mulino, quien recibirá la banda presidencial para convertirse en el octavo presidente de la República de Panamá en democracia tras el régimen militar (1968-1989).
EFE