Voz de América
Las irregularidades en el proceso electoral presidencial y la persecución de dirigentes denunciadas por la oposición en Venezuela no la han tentado a convocar un boicot de la votación, como en otras ocasiones, pues mantiene buenas probabilidades de triunfo y sus figuras de mayor perfil desean preservar sus liderazgos ante la posibilidad de una transición, según expertos.
Las primeras fases de los comicios, convocados para el 28 de julio, han traído consigo reclamos del bloqueo de la candidatura de María Corina Machado, la ganadora de su primaria, y su sustituta, Corina Yoris.
Además, el antichavismo ha reprochado retrasos y exigencias inconstitucionales en el registro de votantes dentro y fuera del país, y ha denunciado persecuciones contra dirigentes del partido Vente Venezuela.
Parte de sus denuncias guardan relación con una presunta violación de los Acuerdos de Barbados del oficialismo venezolano —una serie de compromisos electorales que firmaron en esa isla caribeña el gobierno y la oposición.
Asimismo, ha advertido que el cronograma, comprimido en poco más de cuatro meses, puede generar violaciones a la Constitución y las leyes y complicar la presencia de misiones de observación extranjera probas, como las de la Unión Europea y las Naciones Unidas.
Machado, quien obtuvo 92 % de los votos de la primaria en octubre, pero no pudo registrar su candidatura por estar inhabilitada por la Contraloría, ha negado reiteradamente que el oficialismo haya logrado sacarla de “la ruta electoral”.
A inicios de año, la exdiputada e ingeniera industrial dijo que no podían celebrar elecciones sin ella, lo que llevó a algunos analistas y voceros oficialistas a prever un posible llamado a la abstención.
Esta semana, Machado reactivó su campaña de cara a julio en los estados Yaracuy y Aragua. La opositora Plataforma Unitaria, mientras, estudia cuál será su candidato unitario: si Manuel Rosales, gobernador postulado por su partido, Un Nuevo Tiempo; Edmundo González Urrutia, un diplomático inscrito en la tarjeta de la Mesa de la Unidad; Machado o Yoris, en caso de que logren inscribirse, u otro postulado que elijan y logren postular.
La oposición tradicional decidió no participar en las elecciones parlamentarias de 2005 y 2020, así como en la presidencial de 2018, donde resultó reelegido Maduro. Los partidos antichavistas mayoritarios denunciaron que esas votaciones no eran competitivas, legales, transparentes ni democráticas.
Pero por el momento no parecen soplar vientos abstencionistas en los discursos de Machado, Rosales y otros dirigentes de esos sectores opositores tradicionales.
“Olvídense que la gente va para la abstención”, advirtió Rosales en un acto en Maracaibo, capital del estado que gobierna, antes de poner su candidatura a la orden de la Plataforma Unitaria si lograse postular a otro aspirante de consenso. “Si no ponen otro candidato, yo seguiré con la bandera de Venezuela en alto para ser el próximo presidente”, añadió.
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