Karla Pravia
@tochekarla
Luego de un año histórico en el mercado del cine internacional con el fenómeno Barbieheimer, la temporada cerró la noche de este domingo 10 de marzo con la edición número 96 de los Premios Oscar de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos donde el brillo le correspondió al cineasta Christopher Nolan y su película Oppenheimer.
La reciente producción de Nolan se alzó durante la gala con un total de 7 premios: mejor edición, banda sonora, mejor fotografía, actor de reparto para Robert Downey Jr., mejor actor principal para Cilian Murphy, mejor director y el más importante de los premios de la noche a mejor película.
Con esta premiación finalmente el director de la saga de Batman, luego de varias nominaciones a lo largo de su carrera, logra sellar su futuro con un merecidísimo premio que lo eleva a otro nivel en la cinematografía internacional.
Por su parte el cineasta griego Yorgos Lanthimos pudo ver con alegría como su película “Poor Thing” se alzaba con cuatro premios: mejor vestuario, mejor maquillaje, mejor diseño de producción y mejor actriz principal para Emma Stone. En ese orden la película británica Zona de Interés se llevó dos premios en la gala contando con mejor edición de sonido y mejor película de habla no inglesa.
En cuanto a mejor actriz de reparto, el premio como estaba en las apuestas fue para Da’Vine Joy Randolph por su participación tan sentida en “Los que se quedan”, siendo el único premio que se llevó esa producción.
Y aunque la película Barbie no fue la más nominada a los premios Oscar sin duda su equipo creativo junto a los productores del evento de la noche le dieron el toque mágico a la velada con la interpretación que hizo Ryan Gosling del tema “I’m just Ken” apareciendo de forma sorpresiva acompañado del legendario guitarrista Slash y haciendo soltar risa entre sus compañeras. Mientras tanto, la gran producción de Greta Gerwig terminó ganando el premio a mejor canción original con el tema “What Was I Made For?” de Billie Eilish.
En otro punto, la película francesa “Anatomía de una caída” se llevó el premio a mejor guion original, y la película “American fiction” fue galardonada con mejor guion adaptado, siendo este último la sorpresa de la noche.
Japón haciendo historia
En esta edición Japón nuevamente volvió a dejar una huella en los premios Oscar, pero en esta oportunidad destronando a grandes productoras.
En primer lugar ganaron el premio a mejor película animada para “El niño y la garza”, siendo el segundo Oscar que se lleva Estudio Ghibli luego de haber ganado en el 2003 en la misma categoría por “El viaje de Chihiro”.
Pero lo histórico e inesperado fue para el equipo que trabajó en los efectos especiales de la película “Godzilla Minus One” al ganar en la categoría por encima de películas tales como Misión Imposible, Napoleón, Guardianes de la Galaxia y El Creador, siendo esta la primera vez que Japón le gana a grandes productoras estadounidenses en ese renglón tan reñido.
Un Oscar antiguerra
No podía faltar los discursos antiguerra en unos años bastante conflictivos después de la pandemia, y es que cuando anunciaron el premio a la película extranjera correspondiente para “La Zona de interés”, su director Jonathan Glazer no desaprovechó la oportunidad para emitir un llamado hacia el cese de los conflictos indistintamente de su procedencia.
La otra nota destacada de la noche fue para el periodista Mstyslav Chernov quien junto a su equipo recibieron el Oscar a mejor documental por “20 días en Mariupol”, un retrato de la invasión de Rusia sobre ciudades de Ucrania.
El periodista ucraniano dio sin duda las palabras más fuertes, secas y honestas de la noche: «Es el primer Oscar de la historia de Ucrania. Estoy honrado, pero probablemente seré el primer director en este escenario que diga que ojalá nunca hubiera hecho esta película. Ojalá fuera capaz de cambiar esto porque Rusia nunca hubiera atacado y ocupado Ucrania».
Por un lado se sintió una velada que parece recobrar su espontaneidad y brillo de ediciones anteriores, mientras un Jimmy Kimmel fue el host de la noche con una entrada sobria sin perder la elocuencia de su humor, salvo el cierre disonante de un Al Pacino carente de chispa para la sorpresa para indicar el premio a la mejor película. En general, una gala que recuperó muchos puntos positivos.
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