Desde Berlín: Martha Escalona Zerpa
Especial para: Qué Pasa en Venezuela
Fotos: Martha Escalona Zerpa & Prensa Berlinale 2024
La película Spaceman fue una de las presentadas durante el Festival de la Berlinale 2024. Está basada en la novela «El hombre espacial de Bohemia» de Jaroslav Kalfar.
De qué se trata
Sólo en el espacio, en algún lugar más allá de Júpiter, Jakub Procházka se da cuenta de que ha dejado atrás en la Tierra lo que buscaba: su esposa Lenka.
«Spaceman», con Adam Sandler, es un largo viaje hacia si mismo. Jakub lleva seis meses viajando en solitario para investigar la misteriosa nebulosa púrpura de Chopra, detrás del planeta Júpiter y que lleva cuatro años en el cielo y ha despertado la curiosidad de la humanidad.
Las naciones espaciales consideran una misión demasiado arriesgada, sólo los checos se atreven a enviar a un astronauta a las profundidades del espacio: Jakub, está acostumbrado a la soledad. Y partió a pesar de que su esposa espera otro hijo tras un primer aborto espontáneo.
Y mientras Lenka espera a su segundo hijo, él flota en el espacio. Lenka le llama Spaceman, que puede entenderse como un cosmonauta, pero también como un hombre que deja mucho espacio entre él y los demás.
«¿Qué se siente al ser la persona más solitaria del mundo?», le pregunta acertadamente una chica ( su propia hija Sadie) a Jakub justo al principio de la película. El vacío que le rodea en el espacio también parece prevalecer en su interior.
La película, producida por Netflix, está basada en la novela de ciencia ficción de Jaroslav Kalfař y rodada por Johan Renck. Podría ser una sátira, pero en la versión cinematográfica es un profundo exámen de conciencia y una auténtica ópera espacial con gigantescas imágenes de la nebulosa cósmica.
Adam Sandler, que como actor y productor ha creado una serie de exitósas comedias es muy diferente en éste rol de lo que le conocemos.
Su personaje Jakub es un hombre retraído, impulsado por sentimientos reprimidos que le persiguen por el camino. La nave espacial es un lugar estéril lleno de cables, cajas e interruptores, donde todo parece estar desbaratado o en mal estado.
Jakub tiene la cara hundida y ojeras oscuras. Pese a las gotas contra el isomnio, no concilia dormir. Privado de gravedad, flota en todas posiciones por los diferentes compatimentos de la nave espacial.
Un hombre que gira y gira. Hasta que después de una pesadilla se encuentra con una alienígena aracnoide, sin nombre propio, pero que el bautiza como Hanuš, una araña gigante, que aparece de repente a bordo y le ofrece su ayuda. Una ayuda que será terapéutica y espiritual.
Sin embargo, este alienígena aracnoide de otro planeta, a quien le gusta saborear la crema de nueces de Jakub, es probablemente algo más que un ser extraterrestre.
Puede entenderse como un proceso exteriorizado y alucinatorio de auto-reflexión que le ayuda a comprenderse y a comunicar consigo mismo.
En ese sentido recuerda al personaje Chuck Nolands de Tom Hanks en «Cast Way» ( 2000) como náufrago en una isla, en la que su pelota de futbol «Wilson» hizo de interlocutor para no morir enloquecido de aislamiento.
Sin duda, la soledad y la alienación son los temas que acompañan a la adaptación cinematográfica de la novela checa «Breve historia de los viajes espaciales de Bohemia». Y no solamente, el tema del amor.
Para su director Johan Renck, la soledad es una condición humana perpetua. La pandemia de coronavirus, con sus reiterados lockdowns, también sirvió de inspiración, ya que la película se rodó hacia el final de la pandemia.