Lapatilla
El sueño de todo niño que comienza a practicar algún deporte desde temprana edad es llegar a ser un destacado atleta. En el béisbol, muchos pequeños anhelan alcanzar las Grandes Ligas, y Venezuela en este sentido se ha convertido en un exportador de talentos.
Jefferson Civira || Corresponsalía lapatilla.com
José Gabriel Perdomo, con tan solo 17 años, ha logrado lo que pocos han alcanzado: ser un prospecto en firmar un contrato con los Bravos de Atlanta por cinco millones de dólares, el segundo monto más alto para un pelotero en la historia del país.
Proveniente del sector La Florida en La Murallita de la ciudad de Maturín, estado Monagas, el joven pelotero recuerda que cuando tenía dos años, sus padres le compraban carritos, y en vez de jugar con estos, los usaba como pelota bateándolos con envases de refresco. Sus padres notaron el interés de José Gabriel y empezaron a comprarle implementos de béisbol con los que fue practicando.
Cuando cumplió los tres años, comenzó a jugar en el equipo de béisbol menor Guafuco en el estadio Las Comunales de la parroquia Alto de Los Godos, donde su padre fungió como entrenador. Allí estuvo hasta que dejó de practicar en la liga de Los Criollitos de Venezuela a los 11 años de edad.
El joven campocorto no duda en afirmar que lo inspiraron los shortstop Juniel Querecuto, jugador de los Cardenales de Lara, y el puertoriqueño Carlos Correa, quien jugó para los Astros de Houston y hoy pertenece al equipo de los Mellizos de Minnesota.
Al consultarle sobre cómo ha sido su preparación física que impactó a los scouts que lo firmaron, José Gabriel asevera que ha sido un aprendizaje muy intenso, “pero gracias a Dios se han dado los resultados con mucho esfuerzo y trabajo día tras día”.
¿Cuáles han sido las recomendaciones que te han hecho y qué debes trabajar para mejorar?
Me han dicho que siga trabajando duro y me mantenga muy enfocado en lo que estoy haciendo. Lo bueno de todo es que soy muy maduro y soy consciente de todo lo que hago y lo que no.
A tu corta edad ¿con cuál pelotero te han comparado?
Con el grandesligas Gleyber Torres (venezolano que juega para los Yankees de Nueva York).
¿Cuántas horas diarias inviertes en tu entrenamiento y cuál es tu mayor sueño?
Diariamente entreno cinco horas o a veces un poco menos, depende de la rutina que tenga. Mi mayor sueño es ser un venezolano en el Gran Salón de la Fama y llevar a lo más alto la bandera de Venezuela.
¿Cómo eran esos juegos en el equipo donde comenzaste, qué posición jugabas y cómo hacías para equilibrar la escuela con los juegos?
Me gustaba solo batear. A esa corta edad yo teniendo 3 años, no me gustaba cubrir sino solo batear y correr. Siempre he jugado la posición shortstop. Gracias a Dios en la escuela iba en la mañana hasta las 11:45 am y a las 2:00 pm me llevaba mi papá y mi mamá a las comunales (estadio) a entrenar y a jugar.
¿Cuáles crees que son tus mayores fortalezas en el campo de juego?
Mi mayor fortaleza es el bateo. La ofensiva y defensiva también por la fuerza del brazo.
¿Con quién te gustaría jugar en Venezuela?
Me gustaría debutar con Los Cardenales de Lara. De hecho, ha habido ofertas con este equipo y también con los Navegantes del Magallanes.
¿A quién le agradeces por lo que has alcanzado a tu corta edad?
Primeramente, a Dios, a mi mamá, mi papá, a toda mi familia por darme su apoyo y estar para mí en los días buenos y días malos. También a Yasser Méndez, que es el jefe de la academia “4pro Academy”.
¿Cómo fue ese proceso en el que te fichan?
Quedé de jugador más valioso en la liga Criollitos de Monagas en el año 2018, y di las palabras de la inauguración y Manuel Márquez tomó una foto y se la envió al jefe de la academia y mandaron a unos scouts que estaban en Valencia para que me vieran en Maturín, y me dieron la oportunidad. Fuimos a Valencia y quedaron impresionados por mi talento.
Pasé por Medellín, después por República Dominicana, luego llegué a Estados Unidos. Fueron muchos meses y años de trabajo duro, enfoque, disciplina, humildad y, gracias a Dios, conseguimos un acuerdo en el 2020 con la organización Bravos de Atlanta. No fue nada fácil, porque me tuve que separar de mi familia por dos años y medio, pero Dios supo cómo premiarnos.
Se ha dicho que en Monagas la mayor afición está en el fútbol y, por ende, los jóvenes que sueñan con ser jugadores profesionales se van por ese deporte, ¿crees que en este estado hay talento para el béisbol?
Desde luego que sí, en Monagas hay talento para el béisbol. Si yo pude lograrlo, esos niños que sueñan ser grande liga también podrán con mucho trabajo día a día y confiando en Dios, que no se queda con el sudor de nadie.
¿Crees que así como el fútbol, se debe impulsar el béisbol en Monagas con más espacios para este deporte? Por ejemplo, recuperando estadios olvidados.
Sí, claro que sí, se merece que le den más espacios para el béisbol, porque se lo merecen, esos niños que hoy en día sueñan ser grandes en la vida. Solo falta el gran apoyo y ayuda para que logren sus sueños y metas.
Muchos peloteros venezolanos han jugado en las Grandes Ligas ¿a qué crees que se deba que nuestro país exporte tantos peloteros talentosos?
Todo está en el trabajo y disciplina, siempre hay que hacer lo posible para dejar a la bandera de Venezuela en lo más alto del mundo.
En plena pandemia por el covid-19, ¿cómo fue pasar esos dos años lejos de tu familia, los meses de encierro, el temor de enfermarse?
De verdad fue algo muy fuerte pasar esos años lejos de mi familia, pero tampoco imposible. Lo bueno fue que fui mente dura y le dije a Yasser Méndez que yo no iba a Venezuela sin antes cumplir mi sueño, y así fue. Gracias a Dios se logró lo que me propuse y luego sí me fui contento a Venezuela.
En plena pandemia no pensaba en enfermarme, solo tenía en mente trabajar duro y darlo todo por mi gran futuro y por el de mi familia, porque siempre con Dios todo estará bien. Lo bueno fue que siempre tuve comunicación con mi familia, llamaba a mi mamá siempre, igual a mi papá todos los días y me distraía también jugando video juegos.
¿Cuáles son esos valores que le agradeces a tus padres que te permitieron llegar adonde estás ahora?
De verdad les agradezco muchas cosas, sin el apoyo de ellos ni la ayuda de Dios, nada esto hubiese sido realidad. Me hicieron un muchacho bastante humilde y de buen corazón, y eso siempre se los agradeceré, porque me hicieron una gran persona.
¿Qué mensaje le envías a esos niños que se están preparando en las academias y sueñan con ser un grandesligas?
El mensaje que le puedo dar a todos esos niños que están en las diferentes academias de béisbol en el país, es que siempre trabajen fuerte, sean perseverantes y tengan mucha disciplina. Nunca dejen que nadie les diga que no pueden, porque si ellos se preparan para ser grande, lo lograrán con el favor de Dios. Sobre todo, que tengan un “extra work”, que eso es lo que hace grande al jugador.
¿Cuáles son los límites para lograr alcanzar lo que se propone?
Siempre digo que el único límite es el cielo, de verdad. Si alguien se propone hacer algo, lo logrará con mucha fe.