Luego de 4 meses de llevarse a cabo el “Operativo de Liberación Gran Cacique Guaicaipuro”, Una Ventana a la Libertad (UVL) realizó un audiovisual con el objeto de analizar el alcance y resultados de este procedimiento.
Como se recordará, la referida medida comenzó el día 20 de septiembre de 2023 e implicó la intervención sorpresiva de al menos siete (7) centros penitenciarios y de varios calabozos policiales del país, todos considerados de alta peligrosidad.
El trabajo de investigación, titulado “Intervención de cárceles venezolanas: ¿Solución o agravamiento del problema penitenciario de Venezuela?” cuenta con la participación, análisis y opinión del abogado penalista Luis Izquiel y de la periodista Ronna Rísquez, autora del libro “El Tren de Aragua, la banda que revolucionó el crimen organizado en América Latina”.
El propósito del mencionado material es abordar las consecuencias de haber cambiado de lugar de reclusión a un poco más de 8 mil hombres, cómo afecta esto al acercamiento familiar, al debido proceso y a los niveles de hacinamiento y retardo procesal ya existentes.
De igual forma los expertos abordaron el tema del Pranato y la gravedad que reviste, a nivel nacional e internacional, el hecho de no saber el destino de los líderes negativos que se encontraban, por ejemplo, en las cárceles de Tocorón (Aragua) y Tocuyito (Carabobo).
Desinformación oficial
El abogado penalista Luis Izquiel dijo que la Operación Gran Cacique Guaicaipuro ha dejado una estela de desinformación preocupante.
Agregó que quedaron muchos “vacíos” luego de las intervenciones carcelarias porque, por ejemplo, no se conoce el destino de los Pranes, de sus lugartenientes, del arsenal que manejaban y del dinero que poseían.
“Tampoco se conoce si hay un plan posterior, es decir, para evitar que vuelvan a surgir estos feudos criminales dentro de las cárceles venezolanas. Se desconoce si se tomaron medidas para evitar que los Pranes que se entregaron y fueron llevados a otros recintos sigan cobrando la causa y cometiendo todo tipo de delitos”, dijo el abogado.
Izquiel asegura que este tipo de medidas acentúa el hambre, el hacinamiento y el retardo procesal, pero aun así considera positivo que dicho procedimiento puso fin al feudo criminal que, por ejemplo, el Tren de Aragua, liderado por Héctor “Niño” Guerrero, mantenía dentro de la cárcel de Tocorón.
“Es positivo que las autoridades le hayan quitado el feudo criminal a esas bandas”, indicó Izquiel.
En cuanto a las excentricidades que existían tanto en Tocorón como en Tocuyito (piscinas, campos de béisbol, discotecas, cajeros automáticos y hasta un restaurante denominado “El Sazón del Hampa”) el abogado Luis Izquiel indicó que las intervenciones demostraron no solo lo que muchos activistas de derechos humanos y medios de comunicación habían denunciado, sino cosas mucho más graves.
“Ese proceso de intervenciones demostró que el sistema penitenciario venezolano es un desastre. Quedó demostrado que había un túnel en la cárcel de Tocorón y que allí adentro vivían familias enteras, incluyendo niños de corta edad”, precisó el abogado.
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