Lapatilla
El domingo 28 de enero, la ciudad de La Guaira vivió un momento histórico y emocionante tras la victoria de los Tiburones de La Guaira, que lograron un triunfo épico frente a los Cardenales de Lara, en el estadio Antonio Herrera Gutiérrez en el estado Lara.
Por Ana C. Guaita Barreto / Corresponsalía lapatilla.com
El estadio larense (y el país entero) se llenó de alegría y euforia, con miles de fanáticos celebrando el logro del equipo litoralense.
Y aunque el encuentro se llevó a cabo en la sede de Cardenales de Lara en Barquisimeto, desde tempranas horas de la tarde se percibía un ambiente festivo en las calles de la entidad costera, con aficionados vistiendo los colores y emblemas del equipo, ansiosos por presenciar el decisivo encuentro.
Al llegar la hora del juego, tanto el estadio en Lara, como los 1.497 kilómetros cuadrados de la región costera de Vargas estaban abarrotados con una multitud entregada al apoyo incondicional a los Tiburones.
En La Guaira hubo lugares en los que cientos de lugareños se concentraron para ver lo que podría significar la victoria más esperada de los últimos 38 años.
El partido fue intenso y emocionante, con momentos de gran tensión y emoción. Los jugadores dieron lo mejor de sí, demostrando su destreza y talento en cada lanzamiento, en cada batazo. La audiencia se mantuvo en vilo hasta el último inning. Porque sí… así es la fanaticada de La Guaira.
Pero como todo evento que involucra miles de personas en su celebración, hubo situaciones buenas y malas que no pueden pasar por debajo de la mesa.
Lo bueno
Llegar al Round Robin cuando los pronósticos decían que no era posible, fue una de las sorpresas de la serie regular. La alegría que vivió la fanaticada de los escualos en ese momento sobrepasó los límites, que posteriormente fueron superados por la emoción de ser uno de los equipos finalistas de la temporada.
Y ni hablar del out número 27 de los Cardenales en la Gran Final del domingo 28 de enero.
En ese momento los corazones de los guairistas dieron un salto lleno de adrenalina que le sacó las lágrimas a más de uno, pues habían pasado 38 años sin coronarse campeones de una temporada de béisbol.
Con un espectacular desempeño, los Tiburones de La Guaira lograron imponerse sobre los Cardenales de Lara 3 carreras por 0, desatando una explosión de júbilo en su casa natal. Los fanáticos se abrazaron, demostraron su felicidad de diferentes formas, mientras coreaban el nombre del equipo con orgullo.
“Que viva La Guaira”, “Somos guairistas, anticaraquistas”, “Eeeh, La Guaira, uhhh”, entre otras consignas se escuchaban en los distintos sectores del estado.
Tras esta noticia, la celebración se extendió por las calles de La Guaira, con una verdadera fiesta que duró hasta altas horas de la madrugada del lunes. Se pudo observar a personas de todas las edades y estratos sociales unidas en un sentimiento común de alegría y camaradería. La Guaira se iluminó con fuegos artificiales, y el sonido de las cornetas de los carros y cánticos resonó en todos los rincones.
Y la fiesta no se acabó ahí…
La Gobernación del estado, liderada por José Alejandro Terán, decretó el júbilo regional y día no laborable el 29 de enero para continuar esta celebración que conmovió a todos los fanáticos del béisbol nacional, porque no solo los guairistas eran los protagonistas de este espectáculo… Fanáticos de otros equipos, incluso personas que no siguen a ninguna de las agrupaciones deportivas, se sumaron a este festejo.
Este triunfo no solo significó una victoria deportiva para los Tiburones de La Guaira, sino que también sirvió como un punto de unión y emoción para toda la comunidad guaireña. Fue un momento que quedará grabado en la memoria de todos los presentes, un recordatorio del poder del deporte para generar alegría y unión en una comunidad.
El 28 de enero será recordado en La Guaira como un día de celebración, emoción y orgullo, gracias al triunfo de los Tiburones de La Guaira en un encuentro que trascendió más allá del deporte y se convirtió en un símbolo de unidad y pasión para todo en la entidad.
Lo malo
En las regiones costeras del país (y del mundo), el alcohol es uno de los invitados indiscutibles. Aunque la mayoría de las personas sabe controlar la cantidad que ingieren, otro pequeño grupo “se pasa de tragos” y termina siendo partícipe de situaciones indeseadas.
Las peleas por ciertas incomodidades, los accidentes de tránsito, los heridos y algunos actos bochornosos ensombrecieron la pintoresca celebración que emocionó a todo el estado Vargas.
Aún no se tiene registro oficial de la cantidad de sucesos que mancharon este festejo, pero nuestro equipo de Corresponsalía recibió varios reportes que, aunque significaron hechos lamentables, no opacaron el sentimiento que embargó a cada guairista durante estos dos días.
Algo que resaltar
Además de lograr el octavo título, los Tiburones de La Guaira celebran por el nombre de Oswaldo “Ozzie” Guillén, el cual quedará grabado en la memoria de los guairistas y en los libros de historia de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional.
“Ozzie” se convirtió en el dirigente que guió a los escualos a levantar nuevamente el título del campeonato después casi cuatro décadas de sequía.
Desde que Guillén tomó el mando de la franquicia a mediados de la temporada, el conjunto litoralense se mantuvo presentando un excelente balance de victorias: fortaleció el picheo y desarrolló un férreo bateo que fue lo que ayudó a disparar el rendimiento de la organización a lo largo del Round Robin y la Gran Final.
No es la primera vez que el Novato del Año de la Liga Americana en 1985 rompe con la “maldición” de un equipo que contaba con muchos años sin conquistar la tierra prometida. En 2005, luego de haber encarado apenas una campaña como estratega con el mismo grupo en 2004, Guillén supo comandar de manera casi perfecta a los Medias Blancas de Chicago para que terminaran levantando el trofeo de Serie Mundial después de 88 años de espera, reseñó el diario deportivo Meridiano.
Guillén, tras este título con los Tiburones, conforma ahora la lista de históricos en el circuito nacional que han sido campeones como peloteros y como dirigentes. Con esto añade otro palmarés a su exitosa carrera.
El mencionado apartado de figuras que alcanzaron ese logro está conformado por Pompeyo Davalillo, Gregorio Machado, Luis Sojo, Carlos García, Lipso Nava, Luis Ugueto, Wilfredo Romero, y ahora el gran “Ozzie”.
El trabajo de Guillén con los escualos fue impecable: los encaminó a la postemporada, les ayudó a meterse en la Gran Final por segunda temporada consecutiva y ahora finalmente conquistaron la corona Liga Venezolana de Béisbol Profesional.
¡Este sí que fue el año!