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“Los grupos criminales chinos se han vuelto altamente eficientes en el tráfico de fentanilo y otras drogas, el lavado de dinero, el tráfico de seres humanos y de fauna salvaje, actividades conexas con otros crímenes por medio del fenómeno de la convergencia”, alertan Leland Lazarus y Alexander Gocso, investigadores de la Florida International University (FIU) y autores del reporte titulado: Triads, Snakeheads, and Flying Money: The Underworld of Chinese Criminal Networks in Latin America and the Caribbean.
Por: Infobae
Si bien los especialistas no involucran directamente al gobernante Partido Comunista Chino, afirman que la corrupción persistente y la impunidad reinante tanto en el gigante asiático como en América Latina y el Caribe hace que “funcionarios provinciales y municipales chinos puedan estar beneficiándose al hacer la vista gorda frente a las actividades de estos grupos ilegales”.
Entre los mayores grupos involucrados en estos actos delictivos, se menciona a las tríadas chinas, principalmente, la “14 K”, y a la denominada “mafia de Fujian”, cuyas operaciones preocupan a las autoridades a lo largo de todo el continente. La 14 K es, según precisan los autores, “la tercera mayor red global involucrada en el tráfico de droga, las apuestas ilegales, el tráfico de seres humanos y otras actividades criminales”. Mientras tanto, la mafia de Fujian, de menores dimensiones, está muy presente en países sudamericanos, como Chile, donde la exitosa operación “Dinastía Dragón Sur”, de la Policía de Investigaciones (PDI) trasandina, permitió la incautación de droga a granel, armamento, municiones, dinero y vehículos pertenecientes a esa banda. En Argentina, en 2016, en una operación conjunta con las actividades chinas, se logró el arresto de 40 personas vinculadas al temible clan Pixiu, presunto brazo ejecutor de aprietes a los supermercadistas en los que se exigía el pago de una cuota mensual a cambio de protección.
El fentanilo y los cárteles mexicanos
El Departamento de Justicia ha acusado a compañías farmacéuticas chinas por su complicidad en la llegada de esta droga a los cárteles mexicanos, que la introducen en el mercado estadounidense. Para Lazarus y Gosco, “la aplicación de las regulaciones respecto del fentanilo de parte de China está muy lejos de ser transparente”. En este sentido, explican que muchas veces las transacciones son facilitadas por la participación de miembros de la diáspora china residentes en México. Los embarques se realizan a través de los puertos de Lázaro Cárdenas, en Michoacán, y Manzanillo, en Colima, ambos sobre la costa del Pacífico.
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