Jefferson Civira
A 10 días de haberse realizado el juego entre las selecciones de Venezuela y Ecuador en la que se produjeron hechos irregulares donde según estimaciones, más de cuatro mil personas entraron al estadio de forma violenta y sin tener entradas, las familias de varios detenidos decidieron alzar su voz para exigir justicia.
A pesar de la gran cantidad de personas que ingresaron de forma irregular, solo fueron detenidas seis personas, tres de ellos menores de edad. Familiares contaron que en medio del caos, efectivos de la Guardia Nacional detuvieron a los fanáticos y ahora los acusan de asociación para delinquir con menores, pese a que ni siquiera se conocen, así como alteración del orden público e irrespeto a la autoridad.
Maybell Guevara, esposa de uno de los detenidos, contó que el día del partido, ambos acudieron con entradas que le había obsequiado Yangel Herrera, sobrino político de su esposo, llegaron cerca de las 3:00 de la tarde y cuando intentaban ingresar había mucha gente tratando de entrar ya que tenían sus entradas compradas. En medio del desorden, tumban una parte del portón y la gente comenzó a entrar, pero su pareja se cae y es cuando lo detienen entre cinco efectivos militares junto a otras ocho personas.
«Esto ha sido una pesadilla lo que estamos viviendo, una gran injusticia porque de las personas que detuvieron a los demás los soltaron y solo lo dejaron a él. Lo están acusando de delitos que nada tienen que ver, asociación para delinquir con menores de edad cuando estaba solo conmigo, nosotros no fuimos con más nadie, detuvieron fue al azar, pedimos que los liberen porque no son delincuentes», expresó Guevara.
La madre del joven, Marleny Castillo, hizo un llamado al gobernador chavista, Ernesto Luna, para que interceda en la liberación de los tres hinchas detenidos. Agregó que a otro joven que bajó a pedirle un autógrafo a Yeferson Soteldo, también lo detuvieron y le están señalando los mismos cargos.
Los tres menores de edad de 14, 15 y 17 años, estuvieron detenidos en el Destacamento de Seguridad Urbana de la GNB hasta este viernes, es decir, nueve días privados de libertad y habrían sido liberados con medidas de casa por cárcel.
«Como madre le pido al gobernador que se ponga la mano en el corazón porque ellos no tienen nada que ver con eso, lo que están haciendo es arruinarles la vida siendo personas trabajadoras, que tienen sus familias y nunca han estado implicados en nada malo», señaló Castillo.