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El 18 de octubre, la Reserva Federal de EEUU tomó una decisión: levantar al gobierno del presidente Nicolás Maduro un puñado de sanciones, que incluyen a los bonos en default, como una especie de acicate para que se habiliten las condiciones en 2024 para unas presidenciales libres, transparentes y democráticas.
Juicios de valor aparte, hay que decir que entre las sanciones levantadas están las que impedían transar bonos, de la República y PDVSA en el mercado secundario; no así en el mercado primario que sigue sancionado.
De inmediato los mercados reaccionaron, y los inversores, que esperan por la reestructuración de una deuda por 60.000 millones dólares, vieron como los bonos de PDVSA subieron 10 centavos de dólar, a las primeras de cambio, hasta colocarse en torno a los 17 centavos de dólar.
Los bonos del Estado llegaron a cotizar 21 centavos de dólar, lo cual también representa un incremento de 10 centavos. Pero, hay que preguntarse: ¿Qué implica esto? Y también: ¿Qué viene ahora?
El economista Benjamín Tripier es consultor en estrategia, y socio-director de la firma NTN. “Se viene hablando hace tiempo en la situación de la deuda externa venezolana, en bonos y notas provisorias, emitidas por PDVSA y la República, que asciende a 60.000 millones de dólares, vencida desde noviembre de 2017”.
Tripier dice que luego se hicieron algunos arreglos de ciertos proveedores con PDVSA para cambiar bonos por notas provisorias. Hace 2 meses una jueza de Nueva York ordenó a PDVSA pagar 348 millones de dólares en notas provisorias.
«No pasa nada importante en la estructura de la deuda –aclara- con el levantamiento de sanciones».
La estructura de emisión de los bonos habla de Ejecutivo, no de Legislativo, por lo tanto los intentos parlamentarios por aplazar el asunto no tuvieron mayor alcance.
Bonos: una especie de ruleta
Tripier dice que se amplía el mercado hacia las personas estadounidenses. “Los bonos pegaron saltos importantes. Hay interés en esos bonos. El más barato se negociaba a 2 céntimos y el más caro a 9 céntimos. Pero ese valor puede pasar de 20 céntimos. Es una especie de ruleta».
«Lo más probable es que este salto se calme en un plazo breve”, desmenuza.
Triper, quien también dirige una casa de bolsa en Venezuela, explica que Venezuela aún muy lejos de un proceso de renegociación de la deuda.
Todo documento de la OFAC se refiere a Maduro a secas, sin llamarlo presidente. Es muy difícil pensar en un proceso de reestructuración de deuda porque el actor principal sería el FMI, que también tiene a
Venezuela suspendida, relata el analista.
El mercado secundario podría reactivarse, pero hay que ver si el “over compliance” va a permitir que en el momento de registrar el cambio de custodio u operarlo, Euroclear va a aceptarlo, habla claro el economista.
“A lo mejor está suspendida la sanción, pero es imposible de operativizar”, remacha.
Una ventana para ver la reestructuración
“Se abre una ventana –sin embargo- que permite visualizar hacia dónde se podría dirigir una posible reestructuración de deuda externa”. O antes de la reestructuración el valor que podrían tener algunos bonos al momento de negociar eventuales privatizaciones, sazona el socio-director de la firma NTN Consultores.
Explica que el primer valor que puede llegar a tener un bono es el cambio por activos, lo que se llama “equity swap”. Se vende una empresa del Estado y se paga con bonos, “se van dando procesos de suavización para que, cuando llegue en el futuro un gobierno que sí pueda reestructurar la deuda, encuentre un panorama mucho más claro porque una cantidad importante de bonos ya se haya negociado contra privatizaciones.
Sobre el tema de las privatizaciones expresa que debería ponerse sobre el tapete más temprano que tarde, “porque el peso que están teniendo las empresas del Estado sobre el Presupuesto Nacional es muy elevado”, y ninguna de estas empresas produce lo suficiente como para autosostenerse.
“Inclusive PDVSA tiene algún tipo de problemas de sostenibilidad o, por lo menos, en los distintos índices financieros que se manejan”, espeta un sablazo duro.
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