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El pasado sábado 7 de octubre, el mundo fue testigo de una nueva escalada de violencia entre Israel y Hamás, el grupo terrorista islamista que controla la Franja de Gaza desde 2007.
lapatilla.com
El ataque sorpresa de Hamás, que lanzó miles de cohetes contra el sur de Israel, provocó una contundente respuesta militar del Estado judío, que declaró la guerra y bombardeó intensamente el territorio palestino.
El saldo de víctimas mortales y heridos se cuenta por miles en ambos bandos, y la situación humanitaria es crítica.
¿Qué motivó este nuevo enfrentamiento? ¿qué objetivos persiguen las partes en conflicto? ¿qué papel juega la comunidad internacional? estas son algunas de las preguntas que intentaremos responder en esta nota.
Los orígenes del conflicto
El conflicto entre Israel y Hamás se remonta a décadas atrás y tiene sus raíces en el enfrentamiento histórico entre judíos y árabes por el control de la tierra de Palestina.
Tras la creación del Estado de Israel en 1948, tras la Segunda Guerra Mundial, se sucedieron varias guerras entre Israel y sus vecinos árabes, que rechazaban su existencia.
En estas guerras, Israel ocupó territorios como Cisjordania, Gaza, Jerusalén Este o los Altos del Golán, que reclaman los palestinos como parte de su futuro Estado. En 1987, estalló el primer levantamiento popular palestino contra la ocupación israelí.
En ese contexto, surgió Hamás, cuyo nombre es un acrónimo en árabe para el Movimiento de Resistencia Islámica. Hamás se define como una organización nacionalista e islamista, cuyo objetivo es la liberación de Palestina y la creación de un Estado islámico en el territorio histórico de Palestina, que incluye a Israel.
Para ello, Hamás recurre a la lucha armada, incluyendo atentados suicidas y el lanzamiento de cohetes contra Israel.
En 1993, se firmaron los Acuerdos de Oslo entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que reconocía a Israel a cambio de la creación de una Autoridad Nacional Palestina (ANP) con autonomía limitada en Cisjordania y Gaza.
Sin embargo, Hamás no aceptó estos acuerdos, y continuó su campaña violenta contra Israel.
En 2006, Hamás ganó las elecciones legislativas palestinas, lo que supuso un desafío para la ANP, liderada por el partido Fatah.
Al año siguiente, tras un breve conflicto civil, Hamás tomó el control de Gaza por la fuerza, expulsando a Fatah. Desde entonces, Gaza está bajo el gobierno de Hamás, mientras que Cisjordania está bajo el gobierno de la ANP.
Hamás e Israel, un problema religioso
El conflicto entre Hamás e Israel tiene también una dimensión religiosa, que se refleja en las diferencias ideológicas y los reclamos sobre los lugares sagrados.
Hamás se basa en una interpretación radical del islam, que rechaza la existencia de Israel como un Estado judío y lo considera un enemigo de Alá.
Hamás busca establecer un Estado islámico en toda la tierra de Palestina, que incluye a Israel, Cisjordania y Gaza. Para ello, utiliza la violencia como medio de resistencia y de yihad, o guerra santa.
Israel, por su parte, se define como un Estado judío y democrático, que respeta la libertad religiosa de sus ciudadanos. Sin embargo, algunos sectores nacionalistas y religiosos de Israel defienden la anexión de los territorios ocupados y el control exclusivo de Jerusalén, la ciudad más sagrada para el judaísmo.
Jerusalén también es venerada por los musulmanes, que la consideran la tercera ciudad santa del islam, después de La Meca y Medina.
En Jerusalén se encuentra la Explanada de las Mezquitas, donde se ubica la Cúpula de la Roca y la Mezquita de Al-Aqsa, que son los principales lugares de culto para los musulmanes.
La situación actual
Desde 2007, Israel ha impuesto un bloqueo sobre Gaza, restringiendo el movimiento de personas y bienes hacia y desde el territorio.
Israel argumenta que el bloqueo es necesario para impedir que Hamás se rearme y ataque a su población. Sin embargo, el bloqueo ha tenido graves consecuencias humanitarias para los casi dos millones de habitantes de Gaza, que sufren escasez de alimentos, agua potable, electricidad y medicinas.
Además del bloqueo, Israel y Hamás han librado varias guerras en los últimos años. La más reciente fue en 2014, cuando Israel lanzó una operación militar llamada Margen Protector para detener el lanzamiento de cohetes desde Gaza. La operación duró 50 días y causó más de 2.000 muertos palestinos y 70 israelíes.
Desde entonces, han habido varios intentos de mediación para lograr una tregua duradera entre las partes. Sin embargo, estos esfuerzos se han visto frustrados por la falta de confianza mutua y por las demandas contradictorias.
Hamás exige el levantamiento del bloqueo y la liberación de los presos palestinos en cárceles israelíes. Israel exige el fin del lanzamiento de cohetes y el desarme de Hamás.
El detonante del último enfrentamiento
El último enfrentamiento entre Israel y Hamás se desencadenó el pasado fin de semana, cuando el grupo islamista lanzó un ataque sorpresa contra el sur de Israel.
Según Hamás, el ataque fue una respuesta a la represión israelí contra los manifestantes palestinos en Jerusalén Este, la parte de la ciudad que los palestinos reclaman como capital de su futuro Estado.
Los enfrentamientos en Jerusalén Este se habían intensificado en las últimas semanas, debido a varios factores. Uno de ellos es la amenaza de desalojo de varias familias palestinas del barrio de Sheikh Jarrah, donde viven desde hace décadas, por parte de colonos judíos que reclaman la propiedad de las casas.
Otro factor es la celebración del Día de Jerusalén, una festividad nacional israelí que conmemora la anexión de Jerusalén Este tras la guerra de 1967.
Los actos de celebración incluyen una marcha de miles de nacionalistas judíos por la Ciudad Vieja, que contiene lugares sagrados para judíos, cristianos y musulmanes.
Estos factores provocaron una escalada de tensión y violencia entre palestinos e israelíes, que alcanzó su punto álgido el lunes, cuando la policía israelí irrumpió en la Explanada de las Mezquitas, el tercer lugar más sagrado para el islam, para dispersar a los manifestantes palestinos que lanzaban piedras y cócteles molotov.
El asalto dejó cientos de heridos y provocó la ira de Hamás, que lanzó su ataque contra Israel.
Y es que, según afirmación del internacionalista venezolano Félix Arellano para lapatilla.com, “Hamás busca que el tema palestino se ponga en la agenda mundial porque es evidente que la negociación del estado de palestina se ha ido debilitando y perdiendo relevancia”.
Arellano agregó que ha sido “absolutamente desproporcionada e irracional” la actitud de este grupo terrorista y más bien está “logrando agravar las cosas, además otro de los objetivos es complicar la agenda de los EEUU”.
La respuesta de Israel y la situación actual
Posterior al ataque islamista, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, declaró que el país estaba “en guerra”.
“Ciudadanos de Israel, estamos en guerra. No en una operación, no son rondas de combates, es una guerra”, indicó Netanyahu mediante un video difundido en sus redes sociales.
Israel respondió al ataque de Hamás con una ofensiva militar que consistió en bombardear objetivos militares y gubernamentales en Gaza.
Sin embargo, Arellano aseguró que se ha logrado desmentir el mito de “la seguridad y la inteligencia del estado israelí”, debido a las horas en la que estuvo bajo el asedio de Hamás, acabando la vida con centenares de personas en poco tiempo.
En este sentido advirtió que el gobierno israelí “debería de cambiar sus autoridades, ha sido muy delicado para la seguridad de Israel lo que ocurrió” y agregó que “no se si era uno de sus principales objetivos, pero se ha logrado destruir ese mito”.
Los ataques entre ambos bandos han causado un elevado número de víctimas civiles, incluyendo niños, asimismo, han dañado infraestructuras vitales como hospitales, escuelas y redes eléctricas.
Por su parte, Hamás ha continuado lanzando cohetes contra Israel. Los artefactos han causado varios muertos y heridos entre la población israelí, que vive bajo el constante temor de las sirenas y las explosiones.
Aunque Israel cuenta con un sistema de defensa antimisiles llamado Cúpula de Hierro, que intercepta gran parte de los proyectiles, algunos logran traspasar el escudo y causar daños.
El papel de la Comunidad Internacional
El mundo en los últimos días ha volteado su mirada ante la tragedia y el horror que ha ocasionado la muerte de miles de víctimas en manos del Hamás, ante esta situación pocos son los países que han fijado una posición ante el conflicto.
El internacionalista Arellano destacó que el papel de comunidad internacional “es muy importante para las dos partes” y detalló que el Hamás se mantiene gracias al apoyo fundamental de Irán, el pueblo palestino por la Unión Europea y en alguna medida los EEUU, jugando la UE un papel protagónico, mientras que Israel tiene como gran aliado a los EEUU.
Por su parte, Rusia trata de mantener buenas relaciones con ambas partes al igual que China, quienes se han abstenido de opinar al respecto.
“La comunidad internacional juega un papel muy importante” reiteró Arellano, asegurando que “pueden presionar a Hamás -las acciones de Siria, Egipto y Turquía son claves- también los puede presionar sobre todo en el tema de los rehenes secuestrados.
“Israel tiene que oir a EEUU en primer lugar y luego al Reino Unido y la Unión Europea” agregó.
¿Esperanza de paz?
Las interrogantes ha muchos años de conflicto aún mantiene vilo al mundo y la esperanza de paz se desvanece ante los últimos ataques y la escalada del conflicto.
Ante esta interrogante Arellano aseguró “que es poca” la solución al conflicto y la esperanza de paz entre ambos territorios reiterando que “la comunidad internacional tiene que actuar”, los EEUU públicamente ha declarado el apoyo a la acción defensiva-militar de Israel “Biden y el partido demócrata que tenia diferencias con Netanyahu ha tratado en alguna medida de apoyar al pueblo palestino y a la creación del estado Israel”.
En los últimos años, Estados Unidos ha intensificado sus esfuerzos para promover la paz entre Israel y Palestina. El gobierno de Biden ha nombrado un nuevo enviado especial para el proceso de paz, y ha mantenido conversaciones con ambas partes. Estados Unidos también ha trabajado con otros países para promover la paz en la región.
Sin embargo, tal y como expresó Arellano “ahora ha sido impactante, desproporcionado e impredecible la actuación de Hamás. Entonces claro hay un Israel muy golpeado, su orgullo esta muy afectado, no se ve fácil la negociación, pero hay que luchar por ella”.
Además agregó “la negociación y la paz implica avanzar en alguna medida en la construcción del estado palestina, implica detener el avance de los territorios ocupados y retroceder en los territorios ocupados”.
“Por lo pronto Israel va tener que revisar su relación con América Latina”enfatizó, esto debido la posición de los países de la región como México, Colombia y su discurso fuerte frente a Israel, Venezuela, la actitud prudente de Brasil que además preside el Consejo de Seguridad, “Israel tiene que ver que su relación con América está muy complicada”.
Al momento de escribir esta nota, la cifra de muertos por el conflicto está cerca de los tres mil.
La situación actual es crítica y no parece haber una salida fácil al conflicto.